Un amplia variedad de animales, desde pájaros hasta caballos recorrieron ayer, víspera de Sant Antoni, las calles de Vila-real en el tradicional Matxà que organiza, desde 1973, la Congregación de Lluïsos. Tras un año sin celebrarse a causa de la pandemia, la ciudad se reencontró con esta tradición que arrancó desde la plaza Mossén Ballester para pasar por las avenidas de la Murà, Pius XII, y las calles Cardenal Tarancón, Raval del Carme, Major Sant Doménec, plazas Major y de la Vila, calle Major Sant Jaume y calle Pere III para regresar de nuevo a la sede de Lluïsos.

Bendición de los rollos en Vila-real. MANOLO NEBOT ROCHERA

Allí se bendijeron y repartieron, con un sistema más ágil por el covid, 3.500 rollos entre los asistentes. También se recuperó este año el encendido de la hoguera.

Para velar por la seguridad, en materia sanitaria de los asistentes, desde el consistorio se coordinó una reunión los días previos al festejo entre los diferentes departamentos implicados (Policía Local, Juventud y Servicios Sociales). 

El alcalde de Vila-real participó en el reparto de los rollos. MANOLO NEBOT ROCHERA

Así, la Concejalía de Juventud dispuso personal para informar a los asistentes de las medidas de obligado cumplimiento, como el mantenimiento de distancia de seguridad o el uso de mascarilla, durante el desfile en honor al patrón de los animales.

Hoy: misa y 1.300 panecillos

Los actos en homenaje a Sant Antoni seguirán hoy en la ermita de la Mare de Déu de Gràcia con una misa a las 13.00 horas y posterior reparto de 1.300 panecillos bendecidos. La jornada, organizada por la Concejalía de Tradiciones, contará con la presencia de la corporación y estará presidida por el alcalde, José Benlloch.