Vila-real, a través de la concejalía de Tradiciones, ha recuperado este lunes, tras dos años, la festividad de Sant Antoni, tal como se hacía antes de la irrupción de la pandemia. Ha sido con una misa en la ermita de la Mare de Déu de Gràcia, oficiada por el cura Àlvar Miralles junto a mosén Guillermo Sanchís, y la posterior bendición y reparto de los panets típicos del día del patrón de los animales, aunque entre los asistentes también hubo quien llevó sus panes hechos de casa. 

El consistorio encargó 1.350 unidades (50 sin gluten) a un horno de la localidad y, a primera hora de la mañana, mosén Àlvar ya las bendijo, puesto que antes de la eucaristía se distribuyeron por las tres residencias de mayores que dan servicio en la ciudad, a las comunidades de Carmelitas Descalzas de la capilla del Cristo el Hospital y de Clarisas de la basílica de Sant Pasqual, así como en los edificios municipales.

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Así ha vivido Vila-real el día de Sant Antoni Manolo Nebot

La asistencia a los actos no ha sido tan participativa como antes de la llegada del covid-19, por lo que los panes sobrantes se han entregado a Cáritas.

La edila de Tradiciones, Noelia Samblás, apuntó que «se ha notado la situación sanitaria aunque, con protocolos, hemos apostado por no perder esta costumbre».