Casi 50 años de docencia, en concreto 47, y los últimos 40 en el colegio Bisbe Pont de Vila-real, bien merecen un reconocimiento. Y si a ello se añade que se trata de una mujer, qué mejor fecha para hacerlo que el próximo 8 de marzo.
Carmen Llop es la elegida por este centro educativo concertado para recibir el galardón creado este año y que, bajo la denominación de Vila-dona, pretende homenajear a las maestras y a las profesoras de la ciudad que han dedicado buena parte de sus vidas a formar a miles de niños y jóvenes vila-realenses.
Perdurar en el tiempo
Desde el colegio Bisbe Pont explican que el «Vila-dona nace con la finalidad de convertirse en un premio que perdure en el tiempo». Un galardón entregarán el 8 de marzo «coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer y que tiene como objetivo reconocer el trabajo, muchas veces infravalorado, de estas mujeres dentro de la sociedad».
«Se trata de una iniciativa que nace desde la ilusión y el entusiasmo por reconocer la aportación de estas mujeres a nuestro municipio. Y Vila-dona, vila-realenques que transformen el món, es el lema elegido», dicen.
Y es que Carmen Llop es una mujer con una gran implicación en la comunidad educativa. En concreto, dentro de este colegio concertado puesto en marcha por el sacerdote mosén Guillermo Sanchis --hijo adoptivo de la ciudad--, en el que fue docente durante cuatro décadas, «enseñando a los más pequeños todos sus conocimientos y vivencias».
Compromiso y dedicación
Desde el centro insisten en que «Carmen es premiada como representante de las maestras de Vila-real, que, con vocación, compromiso y dedicación, han formado parte de la educación de los niños de esta ciudad».
Además, el Bisbe Pont ha preparado una serie de actividades en las que Carmen Llop es la protagonista y en las que han implicado a todo el alumnado, desde Infantil hasta 4º de ESO. «Estoy muy contenta y me hace muy feliz participar en todos los talleres e iniciativas del centro, me ha encantado volver y contarles a los escolares cómo fueron los inicios de esta escuela. Me han hecho unas entrevistas muy bonitas», explica emocionada esta maestra.
«Empecé a trabajar aquí en 1973 y me jubilé en el 2011, toda una vida dedicada a la educación de los niños de Vila-real. Para mí, el premio fue entrar aquí, he sido muy feliz dando clase y viendo cómo el Bisbe Pont crecía día a día», destaca.