La antigua Estacioneta de la Panderola es el edificio elegido por el Ayuntamiento de Vila-real para ubicar la sede definitiva del Punto de Encuentro Familiar que, dependiente de la Generalitat, permitirá evitar desplazamientos a Castelló para cumplir con el régimen de visitas de los niños por parte de sus progenitores, tras la separación o divorcio de estos.

En concreto, el espacio se emplazará en la parte del inmueble que ocupa la sede comarcal de Cruz Roja. Una sede definitiva que, como apuntan desde el consistorio, cuenta con el visto bueno de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas, a diferencia de la primera propuesta, en el Palau de Justícia, que el departamento liderado por la Consellera Mónica Oltra rechazó de inmediato.

La concejala de Servicios Sociales, Silvia Gómez, explica que, en estos momentos, se está en la fase de redacción del proyecto --que asume el consistorio-- de unas obras que pagará la Administración autonómica y que se requieren para adecuar el recinto a las necesidades del servicio.

Puesta en marcha

El hecho de que aún están en sus inicios los tramites para abrir la sede definitiva del punto de encuentro familiar en la Panderola, ha llevado al Ayuntamiento a alquilar un entresuelo, en el número 8 de la calle Aragó --próximo al parque infantil de la calle Mallorca y al Museu de la Ciutat Casa de Polo--, con el objetivo de no demorar más allá de un mes la puesta en marcha de este servicio en Vila-real.

«Desde que adjudicamos el alquiler en enero, hemos estado trabajando en el proyecto y memorias necesarias para adecuar el espacio a las exigencias de la Conselleria, de modo que, en breve, podremos iniciar las obras para que el equipo de atención especializada pueda ubicarse cuento antes en Vila-real y, así, evitar desplazamientos a las familias de la ciudad y de nuestra área de influencia», explica el alcalde, José Benlloch.

El Ayuntamiento cerró el alquiler del entresuelo, de 101 metros cuadrados, por un precio mensual de 605 euros (impuestos incluidos), por un periodo de un año, prorrogable a dos, a la espera de contar con la sede definitiva.