Más de 50 fueron los agentes de policía que participaron ayer en un curso pionero en toda España, dirigido a informar sobre las medidas de seguridad que deben cumplir las estructuras hinchables destinadas a la diversión de los niños. El objetivo de la iniciativa es evitar al máximo accidentes como el ocurrido en enero el Mislata, en el que fallecieron dos niñas de cuatro y ocho años.
No es el único incidente con víctimas en los últimos años. También en la localidad gerundense de Caldes de Malavella, esta vez en el 2017, una niña de seis años resultó muerta tras salir literalmente volando el inflable en el que jugaba junto a otros pequeños.
«El montaje de castillos hinchables es algo muy habitual y, por tanto, hay que hacer todos los esfuerzos necesarios para que sean seguros y evitar los accidentes porque no reúnan las condiciones adecuadas», explica el instructor del curso y oficial de la Unidad de Control de Establecimientos y Consumo (Uceco) de la Policía Local de Vila-real, Alfonso Monfort.
Alta participación
Una iniciativa que, como apunta el intendente del cuerpo municipal, Ramón Martínez, es pionera no solo en la Comunitat, sino en España. «Han participado más de 50 policías de las tres provincias valencianas, desde Vinaròs a Pilar de la Horadada, así como también agentes llegados de Aragón», señala Martínez.
Y es que el cursillo ha generado un gran interés entre los cuerpos de seguridad, por lo novedoso de la iniciativa y ante la necesidad de mejorar las inspecciones que los agentes realizan a este tipo de instalaciones de juegos infantiles.
Legislación
En España no existe una legislación específica que regule el montaje y las condiciones que deben cumplir los castillos hinchables. Tan solo hay una mención en el Real Decreto relativo a la seguridad de los productos de consumo a que, en el caso de no existir una normativa, se atenderá a las directrices UNE europeas.
Unas normas que no todo el mundo conoce. Algo que ha llevado a diferentes ayuntamientos, como el de Vila-real, a contar con un protocolo que la Policía Local sigue para comprobar que todos estas estructuras garantizan la seguridad de los pequeños.
En el curso celebrado en Vila-real también participó un ingeniero de la Asociación Española de Juegos Hinchables, que fue el encargado de explicar la parte más técnica relativa, por ejemplo, a los anclajes para asegurar los castillos inflables. Y lo hizo en vivo, en la plaza de Sant Ferran.
Por su parte, el oficial Monfort centró su intervención en discernir respecto a lo que se debe exigir a quienes instalan este tipo de estructuras en la vía pública o en recinto privados de uso público, como los restaurantes o salones para bodas o comuniones. «Tienen que contar con una declaración responsable, un seguro de responsabilidad civil y un certificado final de montaje, expedido por un ingeniero o un arquitecto», señaló.
Efectos del viento
Y aun teniendo toda la documentación en regla, la policía puede detener o no dejar que se ponga en marcha un castillo hinchable, «cuando se aprecia un peligro inminente, como puede ser derivado de la climatología o si no se dispone del certificado técnico que garantice el montaje».
En concreto, la normativa establece que con rachas de viento de 18 km/h no se aconseja la apertura de estos juegos, y con 38 km/h se prohíbe. Monfort aconseja a los adultos que comprueben la seguridad de los elementos antes de hacer uso de ellos los menores.
