Con renovada ilusión abrieron ayer la Semana Santa de Vila-real los niños y jóvenes de las cofradías y hermandades de la ciudad, que de esta manera pudieron conmemorar el reconocimiento de esta cita como fiesta de interés turístico autonómico. Un reconocimiento que, pese a haberse otorgado en el 2020, no pudo festejarse a causa de la pandemia del covid-19.
Y es que las calles del entorno de la parroquia de Santa Isabel volvieron a acoger la tradicional procesión infantil y juvenil que desde 2008 abre los desfiles conmemorativos de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Un evento en el que no faltaron los sonidos de los bombos y tambores o los pasos en miniatura que representan diferentes imágenes vinculadas a la Semana Santa.
Aunque organizada por la cofradía de Santa María Magdalena, desde sus inicios la cita ha estado abierta a toda la ciudadanía.