Unos 2.000 peñistas han asaltado literalmente la avenida La Murà de Vila-real para participar en un esperado concurso de paellas tras dos años sin celebrarse a causa de la pandemia del covid-19. Las ganas de reencontrarse con los integrantes del centenar de peñas que integran la Comissió de Penyes y el buen tiempo que marca la jornada del sábado ha hecho posible igualar las cifras de participación en este multitudinario evento que se dieron en el 2019.
Por lo general, el desarrollo del cocinado, siempre a leña, de las paellas ha seguido los cánones tradicionales. Sin embargo, de nuevo, el vila-realense Roberto Bort ha vuelto a dar la campanada de innovación y, junto a sus amigos de la peña No Problem, ha estrenado para la ocasión su peculiar paelló en forma de donut, que en el centro incluye una parilla en la que se ha asado la careta de cerdo que ha servido como aperitivo.
“Llevamos dos años sin concurso de paellas y había ganas ya de volver a divertirnos”, indica. “La paella se cocina igual. En la parrilla del centro se asa la careta para que se vaya haciendo poco a poco y en la paella en forma de donut caben unos 40 litros de agua, por lo que da para comer 50 ó 60 comensales”, añade.
Finalmente, y además del hecho de volver a disfrutar de esta cita con los amigos, algunos de los participantes se han llevado una alegría añadida. Ha sido el caso de los miembros de la peña Guayabó, que se han alzado con el premio a la mejor paella. Mientras, los de No Problem con su paella-parrilla han quedado en segundo lugar y los de Kalauela en el tercer puesto.