La Joventut Antoniana de Vila-real celebró ayer la festividad de su patrón, San Antonio de Padua, con la tradicional misa en la parroquia de los franciscanos y con la que se dio continuidad a los actos religiosos celebrados el domingo, que incluyeron una concurrida procesión.
En esta ocasión, en el marco de la eucaristía tuvo lugar uno de los acontecimientos más emotivos del año, como es el de la vestición de medallas de los nuevos integrantes de la asociación. Esta vez, han sido una treintena los niños, jóvenes y adultos que entran a formar parte de un colectivo que se caracteriza, básicamente, por su labor social de ayuda a familias necesitadas y por su trabajo para mantener tradiciones como la Cavalcada de Reis, la más antigua de la provincia de Castellón.
Además, también se repartieron 1.500 panets bendecidos entre los asistentes a la misa, enfermos y conventos de la ciudad.