Y llegó el día. La tradicional baixà de la patrona de Vila-real, la Mare de Déu de Gràcia, desde su ermita del Termet hasta la ciudad y a hombros de sus portadores, ha marcado este viernes el primer día de las fiestas.

Unas celebraciones de «plena normalidad», como ha apuntado el alcalde, José Benlloch, quien ha dictado una resolución que permite ampliar el horario de cierre de los locales de restauración y otros establecimientos de ocio y espectáculos en una hora más durante la semana grande para ayudar y «dar oxígeno» al sector.

La de este viernes ha sido una baixà muy emotiva y con una multitudinaria participación de vecinos. De hecho, a los ya cientos de vila-realenses que acompañan a la patrona en su traslado o se acercan hasta el convento de los carmelitas para recibirla con todos los honores, se han sumado también las más de 200 reinas y damas de los últimos 75 años que, como ya ocurrió en los festejos de Sant Pasqual, han sido invitadas por el Ayuntamiento y la Junta de Festes a tomar parte activa en diferentes actos, especialmente en aquellos íntimamente relacionados con los patrones de la ciudad.

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Las fotos de la 'baixà' de la Mare de Déu de Gràcia en Vila-real David García

Tampoco han faltado en la recepción a la moreneta los concejales de la corporación, encabezados por el alcalde; la reina del 2022, María Carmona, y las jóvenes de su corte de honor, así como el presidente de la Diputación, José Martí, o una amplia representación eclesiástica, con la presencia, entre otros, del párroco de la arciprestal y vicario general de la diócesis, Javier Aparici.

Horas antes, al mediodía ha tenido lugar en el jardín de Jaume I la Obertura de la Festa, con lanzamiento de masclets y la inauguración del Recinte de la Marxa.