La de anoche fue otra de esas jornadas memorables de cuantas organiza la Comissió de Penyes que lidera Susana García y con un elemento que, con el paso de los años, se ha ganado el calificativo de imprescindible en cualquiera de los dos festejos patronales. El concurso de empedrats ya es todo un clásico en el que, de nuevo, un total de 80 peñas decidieron tomar parte para, además de intentar ganarse un buen puesto como excelentes cocineros, disfrutar de la diversión en buena compañía.

En torno a 1.500 fueron los peñistas que se dieron cita en el Recinte de la Marxa. La propia Comissió fue la encargada de repartir entre los participantes los ingredientes que se utilizaron para elaborar un plato que, décadas atrás, empezó a poner de moda la peña L’Embolic, con Pasqual Batalla -quien fue primer teniente de alcalde en el Ayuntamiento de Vila-real, hasta su fallecimiento en junio del 2017-, con su popular empedrat que se degustaba en plena calle, cuchara en mano y directamente de la paella, justo en el momento en el que tenía lugar el encierro de toros y vacas de corro.

Con los años, la costumbre se fue extendiendo hasta que hace tres lustros, la Comissió de Penyes decidió institucionalizar esta arraigada tradición festiva.