Vila-real se despidió este sábado de los actos taurinos en las fiestas de la Mare de Déu de Gràcia con un joven ingresado en el Hospital de la Plana. Se trata de M. N. E. M., vecino de la ciudad de 26 años, que sufrió una puntada en la nalga derecha en una de las calles de la vila por parte del tercer toro de la tarde, un bou de corro que entró en escena tras la exhibición minutos antes de los dos cerriles.

Tal como informaron desde el Ayuntamiento, tras recibir «dos cornadas», el joven fue atendido rápidamente en la enfermería del recinto taurino, donde decidieron trasladarlo a la Plana, a pesar de que las lesiones «musculares» que sufría eran de carácter leve.

El incidente empañó ligeramente el fin de fiesta de taurino de una tarde en la que los dos teóricamente protagonistas, los astados de la ganadería Voltalegre y del hierro Gómez de Morales, estuvieron bien presentados y gozaron de una buena presencia. Según contaron a Mediterráneo los aficionados, recorrieron las calles dejando buenas carreras y acudiendo a las citas de los rodaors.

A pesar de que también había toros a la misma hora en la vecina Burriana (con el Miura como principal reclamo), la vila se llenó de cabo a rabo como siempre y la afición local se despidió momentáneamente de los bous al carrer con un gran ambiente y muchas ganas de apurar las fiestas.

Adiós a las fiestas

Unas celebraciones que, tras 10 días honrando a la patrona, bajarán este domingo el telón. Lo harán, como de costumbre, con la ofrenda de flores y la procesión como actos principales de la postrera jornada. La imagen de la Mare de Déu de Gràcia volverá a recibir el calor y los honores de todos los vecinos mientras es paseada por las calles rumbo a la ermita del Termet, cerrando el círculo iniciado el viernes de la semana pasada con la baixà. Por la noche, el broche de oro a las fiestas serán la traca, el correfoc y el castillo de fuegos de la pirotecnia Martí.