La segunda edición de las jornadas citrícolas de la Plana, organizadas por La Unió con la colaboración del Ayuntamiento de Vila-real y la Diputación, llegaron ayer a su fin con un balance de más de 150 inscritos y una alta participación en las dos sesiones técnicas que albergó el auditorio.

Fue un ciclo en el que, como explica el secretario general de la entidad agraria, Carles Peris, defendieron una «visión de futuro» y, pese a las dificultades y la incertidumbre (como los precios de los productos cada vez más bajos en el lugar de origen), lanzaron un mensaje de «esperanza». «La agricultura seguirá luchando hasta el final, porque hemos demostrado que somos un sector que genera economía y empleo», reivindicó.

Uno de los principales objetivos era acercar a los productores las nuevas técnicas, con la finalidad de «profesionalizar el sector y buscar oportunidades». A diferencia de la primera edición, Peris remarcó que este año han asistido más agricultores «de a pie de campo», ya que subraya la importancia de implicar de forma transversal a todos los que se dedican a este gremio, tanto los labradores de toda la vida como los técnicos que investigan en las universidades.

Y es que otro aspecto que querían desmitificar en estas jornadas implica que en la agricultura también hay gente «formada» con ganas de innovar en los huertos.