El Ministerio de Ciencia e Innovación concede a los laboratorios de los profesores José Alcamí y Rubén Artero, del Instituto de Salud Carlos III y la Universitat de València, respectivamente, una aportación de 490.000 euros para sufragar parte de la investigación que se lleva a cabo desde hace unos años para hallar un remedio para la distrofia muscular de cinturas 1F/D2 que, a su vez, permitiría encontrar otro contra el VIH, dado que se ha demostrado la inmunidad al sida de las personas que padecen este tipo de distrofia.

Es una investigación que lidera la asociación Conquistando Escalones, con sede en Vila-real y encabezada por Abrahán Guirao, y que supone cierto respiro para esta entidad aunque, como apunta su presidente, «si me preguntáis si con esto ya podemos descansar porque tenemos dinero para unos años, la respuesta es claramente que no, porque la ayuda va para los grupos de investigación, pero tenemos que seguir financiando otra vías de estudio para encontrar otros tratamientos para quienes padecemos esta dolencia y también para ayudar a los enfermos de VIH».

Proyecto plurianual

En concreto, la aportación del Gobierno central, la primera de este tipo que se realiza, servirá para desarrollar el proyecto plurianual, con una duración de tres años, titulado Investigación translacional en Transportina-3. Una proteína clave en la génesis de la distrofia muscular LGMDD2 que confiere resistencia a la infección por VIH, con el que buscan explotar las sinergias entre ambos campos de estudio y aportar soluciones en un futuro próximo.

Con todo, la cantidad concedida por el Ministerio de Ciencia e Innovación supone, eso sí, un alivio para la entidad que preside Guirao, al no tener que cubrir durante tres años las investigaciones del Instituto de Salud Carlos III y la Universitat de València. Sin embargo, incide en que «hay otras vías que tenemos que seguir sufragando, por lo que no habrá descanso en nuestra labor».

Además, hace hincapié en que se necesitan recursos para «cubrir los costes del próximo reto, que no es otro que los ensayos clínicos en humanos». En este sentido, explica que «cada fármaco a ensayar tiene un coste mínimo de 100.000 euros. De ahí que Guirao y sus colaboradores seguirán realizando campañas para lograr fondos.