Sin mascarillas y con una elevadísima afluencia de público que llenó de cabo a rabo el recinto. Así transcurrió este domingo la primera edición sin restricciones tras la pandemia de la Fira de Santa Caterina de Vila-real, que estrenó por todo lo alto su subida de nivel, al abrir sus puertas como fiesta de interés turístico autonómico también por primera vez en su historia.

Miles de vila-realenses y vecinos de localidades próximas y de todas las edades no quisieron faltar a la tradicional cita en la que, como de costumbre, se repitieron las escenas de calles abarrotadas en momentos puntuales de la jornada. Fueron más de 800 metros lineales de recorrido, en los que, como ya ocurrió el pasado año, se dejó sin puestos de venta el tramo de la calle Major Sant Doménec, para evitar el tramo más estrecho.

Hubo momentos en los que costaba abrirse paso por el recorrido de la Fira. Gabriel Utiel

Se trata de un acontecimiento festivo y comercial que se caracteriza por su carácter familiar y que permite, entre otras cosas, comprar los primeros turrones artesanales que, muy probablemente, no llegarán a la Navidad. O proveerse de figuras para el belén. O de adornos para los árboles navideños que ya decoran un buen número de casas de Vila-real, a un mes vista del día en el que se celebra el nacimiento de Jesús.

Los turrones artesanales son un clásico cada año en la Fira de Santa Caterina. Gabriel Utiel

Tal como confirmaron los concejales de Comercio, Diego Vila; y de Seguridad Ciudadana, Silvia Gómez, la ausencia de incidentes de consideración fue la nota dominante de la Fira de Santa Caterina de la vuelta a la normalidad.

Variedad de productos

En esta ocasión, se instalaron 225 puestos de venta, 35 más que en la edición del 2021. De nuevo, las paradas de productos de alimentación ganaron por goleada a las del resto de artículos. Frutos secos, dátiles, castañas asadas, churros y buñuelos, comidas preparadas, aceitunas y salazones, dulces, miel y mermeladas, embutidos o quesos no faltaron en las compras realizadas en una celebración tan especial.

También los más pequeños salieron satisfechos de su visita a la Fira, ya que en muchos casos lograron que sus padres, abuelos o tíos les facilitaran algunos de los cientos de juguetes en venta en el recinto ferial. También había puestos de artesanía --taurina, de plata, africana, textil, de piel, de madera o de joyería, entre otras especialidades--, además de piezas para los belenes, cuchillería, papelería y libros, inciensos o de moda vintage.

Los juegos de mesa no faltaron entre la variada oferta. Gabriel Utiel

Y, como siempre, las oenegés y entidades sociales tuvieron su espacio reservado en la plaza Major. Una veintena de estos colectivos recaudaron fondos con la venta de artículos. Gats de Barri, el colegio de educación especial La Panderola, Cruz Roja, Tirant lo Groc, Huellas Callejeras, Sos Manada, Fundación Ronald McDonald, Aludme, Aspanion, Oxfam Intermon o las religiosas carmelitas descalzas y clarisas fueron algunas de las asociaciones presentes.

Una asociación recaudó fondos con pulseras solidarias. Gabriel Utiel

Vila: «Es un salto para impulsar aún más la Fira»

Consciente de la magnitud del evento, Medi TV, la televisión de Mediterráneo, emitió un especial desde Vila-real para vivir in situ la edición más especial de la Fira de Santa Caterina. Sandra Segarra se pateó por la mañana buena parte del abarrotado recorrido y pulsó la opinión de comerciantes, clientes y personas de asociaciones.

También pasó por su micrófono el concejal de Comercio y Turismo, Diego Vila, quien puso en valor el «salto» que dan al ser fiesta de interés turístico autonómico. «Hemos estado 10 años siendo de interés turístico provincial, pero pensamos que ahora le teníamos que dar ese impulso, ya que vemos que en los últimos años vienen muchos comercios de fuera de la provincia y cada vez el porcentaje es más alto», explicó ante las cámaras de Medi TV.

Sandra Segarra, durante la entrevista con el edil vila-realense Diego Vila. Medi TV