Ayudar a la gente y colaborar con la sociedad de Vila-real son los principales motivos que alegan los voluntarios que, desde ayer, constituyen las patrullas escolares que, en horario de entrada y salida de los alumnos a los colegios de la ciudad prestan su apoyo a la Policía Local para cubrir aquellos espacios a los que no llegan los agentes vila-realenses.
Por el momento son cuatro ciudadanos los que se han inscrito en esta iniciativa respondiendo, de esta manera, a la llamada efectuada por el cuerpo de seguridad municipal para poner en marcha, de forma pionera, un colectivo de colaboradores que permite aumentar la seguridad de los alumnos.
Alma mater
Un proyecto cuyo alma mater es el inspector policial Alfonso Monfort, quien ayer mismo y acompañado por el comisario principal jefe, José Ramón Nieto, supervisó el inicio de esta actividad en uno de los puntos adjudicados a los voluntarios, en concreto, en el paso de peatones ubicado frente al aulario de Infantil del colegio Concepción Arenal.
Y precisamente allí, regulando el paso de vehículos y peatones, estaba la voluntaria Carmen Risueño. «Siempre me ha gustado ayudar a la gente en lo que he podido, porque cuando yo he necesitado esa ayuda v también se me ha dado», señaló Risueño a Mediterráneo, a la vez que aseveró que «lo primero son siempre los niños».
Invitación
Además, esta vila-realense, a quien la iniciativa puesta en marcha por el Ayuntamiento le parece «excelente», insta a la ciudadanía a «inscribirse en las patrullas escolares, porque aún somos pocos y hay lugares que todavía no se pueden cubrir».
Una llamada que también hace otro de los voluntarios, José Ángel Ramírez, quien destaca la necesidad de colaborar con la Policía Local «e intentar controlar el tráfico para que el paso de los escolares hacia sus colegios y en la salida de los mismos sea más segura».
En esta primera fase del proyecto, se cubren los accesos de los centros Pascual Nácher, Bisbe Pont, Gimeno Barón, Carlos Sarthou y el aulario de Infantil del Concepción Arenal. Unos puntos que se pretende ampliar conforme se sumen más efectivos. En concreto, los agentes policiales cubren aquellos lugares más conflictivos, como son los accesos por vías de dos carriles, mientras que las patrullas escolares se centran en los menos problemáticos.