Obituario

Adiós a José Gómez Mata, un buen amigo que deja un gran legado

"Tenía mucha fe e hizo obras en las que participé como amigo"

José Gómez Mata ante el papa Juan Pablo II.

José Gómez Mata ante el papa Juan Pablo II. / Mediterráneo

Henri Bouché

Henri Bouché

Castellón

Recuerdo con tristeza y dolor a José Gómez Mata, con quien con bastante frecuencia hablábamos por teléfono (hace menos de un mes fue nuestra última conversación). Eran comentarios sobre diversas cuestiones y en ellas prevalecía siempre el criterio de la entrañable amistad que, desde hacía muchos años, nos profesábamos. Yo conocía sus orígenes y buena parte de su vida. De los negocios, nada, pues yo desconocía este campo. Pero nuestra conversación era siempre sincera y cálida. Últimamente conocía los pasos de su salud, pero casi siempre esperanzados. Tenía mucha fe e hizo obras en las que participé como amigo.

José Gómez Mata durante su nombramiento como Hijo Predilecto de Vila-real.

José Gómez Mata durante su nombramiento como Hijo Predilecto de Vila-real. / Mediterráneo

Su legado ha sido extenso, pero sobre todo, muy vila-realense: San Pascual, el carillón, Hijo predilecto, esculturas, etc. Otros méritos podrían añadirse como la distinción de la Gran Cruz Alhajada de la orden de San Gregorio el Magno, por el Papa Juan Pablo II, así como el nombramiento de Caballero Comendador, y la participación del nuncio Manuel Monterio de Castro, acto al que tuve el honor de asistir en Madrid. Su esposa Ana, su hija del mismo nombre y su nieta Áurea siguen con fidelidad y entusiasmo el camino que abrió su padre y abuelo, respectivamente, con el reto de mejorarlo, si cabe.

Descanse en paz el amigo José Gómez Mata, a quien siempre recordaré con entrañable amistad.

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