El Termet se ha llenado por segundo día consecutivo de familias y grupos de amigos que han acudido al emblemático paraje a comer o merendar las típicas monas. Como manda la tradición cada lunes de Pascua, el espacio dedicado a la Mare de Déu de Gràcia ha congregado a un buen número de personas que, animadas por el buen tiempo, han pasado la tarde en hermandad y armonía. Al igual que el domingo, jornada en la que el paraje ya hizo gala de su poder de convocatoria, el Termet ha sido un improvisado pícnic con gente de todas las edades.
Familias y grupos de amigos de Vila-real comen la mona de Pascua en el Termet
Erik Pradas
El Termet se ha llenado por segundo día consecutivo de familias y grupos de amigos que han acudido al emblemático paraje a comer o merendar las típicas monas. Como manda la tradición cada lunes de Pascua, el espacio dedicado a la Mare de Déu de Gràcia ha congregado a un buen número de personas que, animadas por el buen tiempo, han pasado la tarde en hermandad y armonía. Al igual que el domingo, jornada en la que el paraje ya hizo gala de su poder de convocatoria, el Termet ha sido un improvisado pícnic con gente de todas las edades.
Familias y grupos de amigos de Vila-real comen la mona de Pascua en el Termet
Erik Pradas
El Termet se ha llenado por segundo día consecutivo de familias y grupos de amigos que han acudido al emblemático paraje a comer o merendar las típicas monas. Como manda la tradición cada lunes de Pascua, el espacio dedicado a la Mare de Déu de Gràcia ha congregado a un buen número de personas que, animadas por el buen tiempo, han pasado la tarde en hermandad y armonía. Al igual que el domingo, jornada en la que el paraje ya hizo gala de su poder de convocatoria, el Termet ha sido un improvisado pícnic con gente de todas las edades.
Familias y grupos de amigos de Vila-real comen la mona de Pascua en el Termet
Erik Pradas
El Termet se ha llenado por segundo día consecutivo de familias y grupos de amigos que han acudido al emblemático paraje a comer o merendar las típicas monas. Como manda la tradición cada lunes de Pascua, el espacio dedicado a la Mare de Déu de Gràcia ha congregado a un buen número de personas que, animadas por el buen tiempo, han pasado la tarde en hermandad y armonía. Al igual que el domingo, jornada en la que el paraje ya hizo gala de su poder de convocatoria, el Termet ha sido un improvisado pícnic con gente de todas las edades.
Familias y grupos de amigos de Vila-real comen la mona de Pascua en el Termet
Erik Pradas
El Termet se ha llenado por segundo día consecutivo de familias y grupos de amigos que han acudido al emblemático paraje a comer o merendar las típicas monas. Como manda la tradición cada lunes de Pascua, el espacio dedicado a la Mare de Déu de Gràcia ha congregado a un buen número de personas que, animadas por el buen tiempo, han pasado la tarde en hermandad y armonía. Al igual que el domingo, jornada en la que el paraje ya hizo gala de su poder de convocatoria, el Termet ha sido un improvisado pícnic con gente de todas las edades.
Familias y grupos de amigos de Vila-real comen la mona de Pascua en el Termet
Erik Pradas
El Termet se ha llenado por segundo día consecutivo de familias y grupos de amigos que han acudido al emblemático paraje a comer o merendar las típicas monas. Como manda la tradición cada lunes de Pascua, el espacio dedicado a la Mare de Déu de Gràcia ha congregado a un buen número de personas que, animadas por el buen tiempo, han pasado la tarde en hermandad y armonía. Al igual que el domingo, jornada en la que el paraje ya hizo gala de su poder de convocatoria, el Termet ha sido un improvisado pícnic con gente de todas las edades.
Familias y grupos de amigos de Vila-real comen la mona de Pascua en el Termet
Erik Pradas
El Termet se ha llenado por segundo día consecutivo de familias y grupos de amigos que han acudido al emblemático paraje a comer o merendar las típicas monas. Como manda la tradición cada lunes de Pascua, el espacio dedicado a la Mare de Déu de Gràcia ha congregado a un buen número de personas que, animadas por el buen tiempo, han pasado la tarde en hermandad y armonía. Al igual que el domingo, jornada en la que el paraje ya hizo gala de su poder de convocatoria, el Termet ha sido un improvisado pícnic con gente de todas las edades.
Familias y grupos de amigos de Vila-real comen la mona de Pascua en el Termet
Erik Pradas
El Termet se ha llenado por segundo día consecutivo de familias y grupos de amigos que han acudido al emblemático paraje a comer o merendar las típicas monas. Como manda la tradición cada lunes de Pascua, el espacio dedicado a la Mare de Déu de Gràcia ha congregado a un buen número de personas que, animadas por el buen tiempo, han pasado la tarde en hermandad y armonía. Al igual que el domingo, jornada en la que el paraje ya hizo gala de su poder de convocatoria, el Termet ha sido un improvisado pícnic con gente de todas las edades.
Familias y grupos de amigos de Vila-real comen la mona de Pascua en el Termet
Erik Pradas
El Termet se ha llenado por segundo día consecutivo de familias y grupos de amigos que han acudido al emblemático paraje a comer o merendar las típicas monas. Como manda la tradición cada lunes de Pascua, el espacio dedicado a la Mare de Déu de Gràcia ha congregado a un buen número de personas que, animadas por el buen tiempo, han pasado la tarde en hermandad y armonía. Al igual que el domingo, jornada en la que el paraje ya hizo gala de su poder de convocatoria, el Termet ha sido un improvisado pícnic con gente de todas las edades.
Familias y grupos de amigos de Vila-real comen la mona de Pascua en el Termet
Erik Pradas
El Termet se ha llenado por segundo día consecutivo de familias y grupos de amigos que han acudido al emblemático paraje a comer o merendar las típicas monas. Como manda la tradición cada lunes de Pascua, el espacio dedicado a la Mare de Déu de Gràcia ha congregado a un buen número de personas que, animadas por el buen tiempo, han pasado la tarde en hermandad y armonía. Al igual que el domingo, jornada en la que el paraje ya hizo gala de su poder de convocatoria, el Termet ha sido un improvisado pícnic con gente de todas las edades.
Familias y grupos de amigos de Vila-real comen la mona de Pascua en el Termet
Erik Pradas
El Termet se ha llenado por segundo día consecutivo de familias y grupos de amigos que han acudido al emblemático paraje a comer o merendar las típicas monas. Como manda la tradición cada lunes de Pascua, el espacio dedicado a la Mare de Déu de Gràcia ha congregado a un buen número de personas que, animadas por el buen tiempo, han pasado la tarde en hermandad y armonía. Al igual que el domingo, jornada en la que el paraje ya hizo gala de su poder de convocatoria, el Termet ha sido un improvisado pícnic con gente de todas las edades.
Familias y grupos de amigos de Vila-real comen la mona de Pascua en el Termet
Erik Pradas
El Termet se ha llenado por segundo día consecutivo de familias y grupos de amigos que han acudido al emblemático paraje a comer o merendar las típicas monas. Como manda la tradición cada lunes de Pascua, el espacio dedicado a la Mare de Déu de Gràcia ha congregado a un buen número de personas que, animadas por el buen tiempo, han pasado la tarde en hermandad y armonía. Al igual que el domingo, jornada en la que el paraje ya hizo gala de su poder de convocatoria, el Termet ha sido un improvisado pícnic con gente de todas las edades.
El Termet se ha llenado por segundo día consecutivo de familias y grupos de amigos que han acudido al emblemático paraje a comer o merendar las típicas monas. Como manda la tradición cada lunes de Pascua, el espacio dedicado a la Mare de Déu de Gràcia ha congregado a un buen número de personas que, animadas por el buen tiempo, han pasado la tarde en hermandad y armonía. Al igual que el domingo, jornada en la que el paraje ya hizo gala de su poder de convocatoria, el Termet ha sido un improvisado pícnic con gente de todas las edades.