Limitan las plazas de catequesis en la iglesia arciprestal de Vila-real por el 'overbooking' de niños
La aplicación de los límites territoriales de la parroquia permite reducir de 108 a 81 las inscripciones para el curso inicial de la primera comunión

Imagen del proceso de inscripciones para comuniones que han llevado a cabo este año en la arciprestal. | TONI LOSAS
Cada año, habitualmente en primavera, cientos de niños cumplen la tradición católica de tomar la primera comunión. Una cita que requiere superar un curso de dos años de duración y para poder iniciarlo las familias ya han formulado las preceptivas inscripciones.
En el caso de la iglesia arciprestal de Vila-real, parroquia de Sant Jaume, esta vez han decidido poner un tope ante la alta demanda de solicitudes, muchas procedentes de otras parroquias, pues ha generado overbooking, lo que ha propiciado que las instalaciones no puedan asumir esa carga y también ha influido en la labor de los catequistas. El primer templo local, por sus características, es uno de los recintos religiosos preferidos para este tipo de ceremonias.
La decisión
Según explica a Mediterráneo el responsable de la arciprestal, mosén Javier Aparici, decidieron reducir el número de niños «para garantizar una mayor calidad del servicio» que prestan. «De manera que, atendiendo a que todas las parroquias de la ciudad cuentan con unos límites territoriales, ya anunciamos antes de abrir las inscripciones que solo se aceptaría a quienes residen en ese ámbito territorial. También a los que, estando fuera, tengan una vinculación muy fuerte con la parroquia, para lo que han tenido que enviar una solicitud razonada y expresando el porqué de esta relación personal o familiar», puntualiza.
Una selección que se ha traducido en una considerable disminución del 25% en la cifra de nuevos inscritos para iniciar el primer curso de catequesis, por cuanto de los 108 se registrados el año pasado año han pasado ahora a 81.
Medida «beneficiosa»
El párroco Aparici incide en que esta reducción del alumnado de catequesis redundará en un «beneficio», especialmente en la calidad de las acciones que desarrollan los niños que iniciarán el camino para tomar la primera comunión.
«Estábamos desbordados, de manera que los salones parroquiales ya no eran suficientes. Son muchos los catequistas implicados y en la misa dominical asisten cerca de 250 niños, entre los de primero y segundo de comunión y los de poscomunión, y, claro, los pequeños si no ven el altar de cerca no están atentos a lo que se dice en misa», explica el sacerdote.
Menos ratio
«Al final, han sido una serie de medidas que hemos decidido implantar por cuanto creemos que bajar la ratio del alumnado de las clases para la primera comunión permitirá ganar calidad en su preparación», explica Aparici.
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