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VILLARREAL CF

La opinión de José Luis Lizarraga | Reflexiones sobre Emery

Unai Emery, en el Villarreal-Barça en La Cerámica.

Los datos, las sensaciones, el análisis y la realidad suelen llevar caminos muy distintos en fútbol. Siempre es bueno escaparse de la radiografía forofa porque te introduce en aquello de que las ramas de los árboles te impiden ver el bosque. Y eso es lo que más me preocupa. Los datos no engañan. Son objetivos. Al Villarreal no le han señalado un penalti en las 14 jornadas de Liga que ha disputado. El vídeoarbitraje de la sala VOR, ni tan siquiera me atrevo a señalar a Soto Grado, sigue mostrando una falta de criterio difícil de explicar. El sábado, en la Cerámica, se volvieron a confirmar las lagunas con errores de bulto muy importantes.

Ni el más fanático de los culés puede dejar de reconocer que las manos de Piqué y el agarrón de Eric García a Albiol fueron penaltis de libro, solo pueden escudarse, como ya me han hecho llegar a través de las redes con alguna dosis de razón, que la fea entrada de Parejo a Busquets tenía cromática, cuanto menos, de color naranja. No fue tan siquiera amarilla. Cada cosa por su nombre y las bufandas con los colores del equipo de cada cual guardadas en los cajones correspondientes. El Villarreal tiene motivos suficientes para quejarse y censurar la falta de criterio al usar las tecnologías, como fueron utilizadas para dar validez al tanto de De Jong por la colocación del brazo de Pau. Era gol legal por escasos centímetros. 

Luego, llega el análisis. El Villarreal ha sumado 5 puntos de los últimos 21 y se halla a 11 del Betis, que traza la frontera con la Europa League aunque con un partido más. Si me preguntan si se está jugando mal, pues les diría que no, pero tampoco lo veo tan fino para responder que lo está haciendo bien. Por lo menos dista mucho de ser un equipo eficaz, quizás sí eficiente a ratos. La eficacia se mide en resultados y los errores son demasiado graves para ganar partidos como necesita este Villarreal. El sábado, el Barça tuvo sus claras ocasiones y el Villarreal también. No hubo un dominador claro y lo justo hubiera sido un empate, pero cayó otra derrota. Los errores se repiten demasiado en las dos áreas, mientras Emery busca defender con el control de los partidos.

Mantengo la cabeza fría y sigo mirando datos. El discurso, y la planificación del club, era confeccionar una plantilla poderosa para competir en Champions y Liga, al margen de la Copa cuando lleguen las eliminatorias comprometidas. No quiero jugar a técnico, entre otras cuestiones porque el currículo de Emery es impresionante y me merece un gran respeto profesional. No entraré en si juega con un delantero de referencia o no. Pero sí en lo que concierne a la planificación. Se han gastado 23 millones en Paco Alcácer y alrededor de 13 en Boulaye Dia. Es cierto que Gerard es baja, pero para eso está la plantilla, considerada como la mejor de la historia. En los dos últimos partidos, ante rivales de pedigrí como Manchester United y Barcelona, quizás este con la peor versión de las dos últimas décadas, uno de los revulsivos fue Dani Raba, quien solo había jugado 61 minutos en Liga, antes de los seis del sábado, y cero en Champions antes del martes.

 Los dos delanteros se quedaron en el banquillo con el 1-1 en el marcador y apenas hubo variaciones en el once de la Liga respecto a la Champions. El Villarreal posee una de las plantillas más completas de LaLiga. Algo falla, sin entrar en cuestiones internas, y denota cierta desconfianza en el fondo de armario cuando hay jugadores muy aprovechables. Son decisiones que no están encuadradas en el camino de la lógica. Son sólo reflexiones. 

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