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VILLARREAL CF

Estupiñán se sincera: "El año pasado no era feliz, lo pasé mal y tuve que pedir ayuda"

El ecuatoriano confiesa que las lesiones le minaron la moral, pero que este año ya ha recuperado la confianza

Pervis Estupiñán, jugador del Villarreal, analiza su estancia en el club amarilla en 'Mediterráneo'-

Pervis Josué Estupiñán Tenorio (Esmeraldas, Ecuador, 21-01-1998) fue una de las mayores apuestas de presente y de futuro que realizó el Villarreal CF en el verano del pasado ejercicio 2020/21. El club que preside Fernando Roig abonó 16,4 millones de euros al Watford inglés el 16 de septiembre del 2020, a pocos días del cierre del mercado estival. El Submarino firmaba a un portento físico, un lateral izquierdo moderno, sube-baja, que desdobla, desborda y que tiene enorme velocidad. Un jugador que deslumbró en Osasuna (estaba allí cedido) y que lo rifaba media Europa futbolística.

El internacional ecuatoriano, 19 partidos ya a sus espaldas con la Tri, ha permanecido toda su carrera desde que está en el Viejo Continente en España. Su historia es curiosa. Lo firmó el Watford, pero por aquello de ser extracomunitario su pase fue al Udinese --clubs que comparten accionariado--, que fue el que le abrió la puerta a suelo español en forma de cuatro cesiones: Granada B (2ª División B, llegando a debutar en Primera en la 2016/17), Almería (2ª División A, 2017/18), Real Mallorca (2ª A, 2018/19) y Atlético Osasuna (Primera, 2019/20).

Unos años en nuestro país que le valieron para obtener la nacionalidad española y poder ser comunitario. Fue tras conseguir el pasaporte cuando ya, por fin, pudo ir a Inglaterra a militar en el Watford, en verano del 2020. Pero fue entonces cuando el Submarino decidió contratarle.

En su primer ejercicio como groguet, las lesiones le privaron de la continuidad que siempre había tenido, en un año en el que lo pasó mal en lo anímico, pese a tener la recompensa de conquistar la Europa League. Y en el presente ejercicio, Estupiñán ya ha podido mostrar su mejor versión.

Pese a que no jugó el pasado sábado ante el Mallorca, el internacional ecuatoriano analizó para Mediterráneo presente y futuro del Villarreal en esta campaña apasionantes, justo antes de marcharse a su país debido al parón de selecciones ante una nueva ventana FIFA, en la que disputará dos partidos con Ecuador en busca del billete al Mundial 2022.

-Le ficha un club inglés y en cuatro años que perteneció a él, no pisó Inglaterra. ¡Curioso! 

-Es cierto. Son las cosas del fútbol. Por tema de ser tan joven, de no haber jugado todavía con mi selección absoluta en aquel momento y por ser extracomunitario no me podían dar el permiso de trabajo en Inglaterra, por ello me fueron cediendo a España.

-Jugó en el Granada B en Segunda B y de eso casi nadie se acuerda. ¿Le sirvió la experiencia? 

-Mucho. Era muy joven. No tenía ni 18 años. Llevaba una temporadas jugando en Primera en ecuador con la Liga Deportiva Universitaria de Quito --uno de los clubs más importantes de Ecuador--, con 17 años, jugando Copa Libertadores y partidos en estadios de más de 50.000 espectadores. Y me tocó cambiar el chip en la cruda realidad de la Segunda B. Ahí me di cuenta lo que cambia de jugar en Sudamérica a Europa.

-Al menos debutó en Primera. 

Sí, con Lucas Alcaraz. Me subían a entrenar al primer equipo y jugué dos partidos, ante el Valencia y el Deportivo. Nunca lo olvidaré.

-De ahí a clubs de Segunda División con exigencias como Almería o Mallorca. Casi nada.

-El cambio a Europa fue brutal y en clubs de este nivel, más. Ahí me di cuenta de que acá en Europa el fútbol es profesional al 100%. Cambia todo, los medios de que dispones para trabajar, la metodología, el trabajo físico, el táctico, el ritmo de juego... todo. Me fue bien y tras el año de Mallorca me llegó la oportunidad de la Primera.

-Y en Osasuna fue su consagración en la élite futbolística. 

Sí. En Segunda eres profesional y hay mucho nivel, pero cuando realmente tu carrera se consagra es cuando das el salto a Primera. De hecho, a partir de rendir en Osasuna me llamó la selección absoluta y muchos clubs preguntaron por mi situación. En Pamplona pude dar los mejor de mí.

-Tras ello... el Villarreal. ¿Le costó decidirse? ¿Se lo pensó? 

-Para nada. Ni me lo pensé. Nunca creí que un club tan importante, que siempre está en Europa, se interesara por mí. De Osasuna tuve que ir a hacer la Pretemporada al Watford. Era la primera vez que pisaba Inglaterra, pero el equipo había descendido de Premier a la Championship. Y claro, con todos los respetos, no había color, e hice fuerza para poder firmar por un club que jugaba Europa League.

-¿A un futbolista le pesa el dineral que pagan por él? Porque el Submarino desembolsó 16 kilos. 

-Hombre, sin querer siempre está ahí. Debo confesar que no es fácil. Y además, a mí en mi primer año me pasó algo que nunca me había pasado. Me lesioné mucho y no tuve la continuidad deseada.

-¿Cómo lo vivió anímicamente

-Mal. Lo pasé muy mal. Quien me conoce sabe que quiero jugar siempre, quiero jugarlo todo. El míster también lo sabe. Y quizá muchas veces me precipité queriendo volver antes de estar recuperado al cien por cien. Me sentía responsable del esfuerzo que el club había hecho por mí, y el hecho de no poder corresponder me minó moralmente.

-¿Cómo lo superó? ¿En quién se rodeó en momentos tan duros? 

-Quería jugar hasta lesionado. Yo sufro mucho en el banquillo, pues imagínese si estoy en casa. No lo soportaba e incluso tuve capítulos de ansiedad. Estaba anímicamente muy mal. Por ello tuve que pedir ayuda externa, profesional. Me apoyé en un coach, que me ayudó a superarlo, también en un preparador físico particular que tengo y en mi mujer y en mi hija. Gracias a ellos superé esa impotencia que me daba el no poder ayudar al club. En muchas fases de la pasada temporada no era feliz.

-Y por fin vio la luz. 

-Poco a poco pude ir jugando y luego obtuvimos el título de la Europa League. Me hubiera gustado haber jugado más, pero al menos nos llevamos esa recompensa.

-¿El de esta temporada es el Pervis Estupiñán de verdad? 

-Sí, al menos se aproxima. El poder realizar pretemporada, sin lesiones, me vino muy bien. El míster confía en mí y he jugado mucho en Liga, así como en Champions, Copa y la Supercopa de Europa, además de con mi selección.

-¿Ahora es feliz en Vila-real? 

-El club siempre me ha puesto todas las facilidades. La gente que trabaja en el Villarreal es amable, cercana y trata muy bien a tu familia. Este es un club familiar en el que a todo futbolista le gustaría pertenecer, porque además es ambicioso y que siempre quiere más.

-La última. ¿Qué objetivos del club espera en esta temporada? 

-Todos sabemos que tenemos que dar un paso más como club. El Villarreal aspira a estar lo más arriba posible en Liga, mirando a los cuatro primeros puestos, y a llegar lo más lejos que se pueda en la Champions. Tenemos plantilla y calidad para lograrlo. De hecho, tenemos una bonita eliminatoria de octavos ante la Juventus. Creemos en nuestras posibilidades y que tenemos opciones de pasar.

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