La Champions ha pasado, pero el Villarreal CF sabe que si quiere disfrutar de verse de nuevo bajo los focos de la gran competición por clubs del mundo, el camino más fácil pasa por acabar entre los cuatro primeros. En eso está, aunque todavía no del todo. La reacción le ha colocado de nuevo a las puertas pero, para traspasar ese umbral, aún anda necesitado de puntos. Para eso tiene de su lado al Estadio de la Cerámica, a pesar de ese horario dominical tan poco agradecido (dos de la tarde), sobre todo para acabar de cortar las alas a unos periquitos hoy por hoy de bajos vuelos.
El gol de Dani Parejo frente a la Juventus mantiene la racha de invencibilidad de los amarillos ante su público, que se eleva a siete encuentros, entre Liga y Champions. Por lo tanto, el Submarino cumple, tal día como hoy, un trimestre entero libre de derrotas en casa, desde el 1-3 del otro equipo de la Ciudad Condal, el Barcelona, en la 15ª jornada. Desde entonces, cuatro victorias y tres empates: rotundos triunfos ligueros frente a Rayo Vallecano (2-0), Alavés (5-2), Levante (5-0) y Mallorca (3-0); e igualadas frente a Atlético (2-2), Real Madrid (0-0) y Juventus (1-1).
Además, los amarillos han encadenado su mejor dinámica de encuentros sin perder del ejercicio, con tres victorias y dos empates, con un balance de 10 goles a favor y tan solo dos en contra.
¿Muchos cambios?
El Villarreal tiene por delante una semana menos ajetreada de lo normal, puesto que no vuelve a jugar hasta el sábado, lo cual invita a Unai Emery a un menor número de rotaciones, aun teniendo en cuenta las cuatro ausencias, la carga de minutos de los más habituales y aquellos que han estado renqueantes en los últimos tiempos.
Entre los primeros, Rubén Peña, Francis Coquelin, Gerard Moreno y Paco Alcácer están descartados. Y entre los últimos, Étienne Capoue o Arnaut Danjuma, que podrían ser reservados de entrada (especialmente en el caso del galo).
El Submarino ha cogido la velocidad de crucero, pero necesita una marcha más para terminar de neutralizar la desventaja. Si llega al trimestre final en buena forma, en disposición de pelear por volver a sellar en pasaporte europeo en la Champions --sin renunciar, de ningún modo, a prolongar su actual aventura por la primera división europea--, todo lo contrario le pasa al Espanyol, que vive de las buenas sensaciones que, aun sin ganar, viene de ofrecer ante el Barcelona y el Sevilla en su casa.
Todavía lejos de verse de nuevo amenazado por el descenso, sí existe cierto desencanto, porque las opciones de luchar por Europa que tenía hace unos meses, aun habiendo vuelto esta temporada a la élite, se han esfumado tras haber sumado solo tres empates en las últimas seis jornadas (o sea, todo el 2022, tras despedir el 2021 con un triunfo en Mestalla).
El Espanyol mira con ojos distintos hacia las dos áreas. En la propia, pese al buen desempeño del ya cuarentón Diego López, no mantiene la portería a cero desde el 28 de noviembre. Pero, en la ajena, cuenta con un Raúl de Tomás en estado de gracia: autor de 13 goles, solo tiene por delante al madridista Karim Benzema. Es decir, que tiene todos los números para suceder a Gerard Moreno en el palmarés del Trofeo Zarra.
Vicente Moreno cuenta con las bajas de los sancionados Aleix Vidal y Manu Morlanes, así como del lesionado David López.
