Sergio González cogía el banquillo del Cádiz CF en el inicio de la segunda vuelta de la pasada temporada, iniciado el mes de enero del 2022, con un equipo que agonizaba y en la que fue la traumática destitución en el Ramón de Carranza del que es una leyenda y uno de los mejores entrenadores de la historia del club gaditano: Álvaro Cervera.
Reemplazar a un técnico que ha sido santo y seña en un club tan particular como el cadista no era tarea sencilla, pero los futbolistas del conjunto andaluz estaban saturados y la dinámica de caída en barrena exigía un cambio de timón.
La llegada del entrenador de l’Hospitalet de Llobregat insufló aire fresco a una plantilla que sacó lo mejor de sí para salir del hoyo y, en una agónica última jornada, salvar la categoría.
Bloqueados en ataque
Pocos meses después de aquella gesta, la directiva del combinado de la Tacita de Plata apostó por reforzar todas sus líneas menos el ataque, ya que se contaba con cuatro delanteros de contrastado rendimiento en Primera División, como son Rubén Sobrino, Lucas Pérez, Choco Lozano y Álvaro Negredo, más el regreso de Álvaro Giménez, tras su cesión al Zaragoza.
En Carranza se consideraba que con ellos había suficiente potencial y gol para pelear por no sufrir esta temporada, siendo los refuerzos futbolistas de banda como Ocampo, Mabil y Bogonda, excepto el primero, los otros dos de dudoso rendimiento. También se apuntaló la medular con la compra en propiedad de dos jugadores que trajo como cedidos Sergio en enero, Alcaraz y San Emeterio, así como la llegada de Antonio Blanco, cedido por el Real Madrid. Así como la adquisición en propiedad de Víctor Chust (estuvo cedido por el Madrid) y de Zaldua (Real Sociedad).
Pero con ese mismo ataque las cosas funcionan. El Cádiz lleva 1 gol en seis partidos de Liga, el marcado por Negredo al Valladolid en su único triunfo. El ‘18’ cadista suma 1 tanto en 5 partidos, mientras que el resto de delanteros preocupa porque no han marcado: Lucas (6 partidos y 365 minutos), Choco (4 y 310’), Sobrino (3 y 189’) y Álvaro (1 y 16’). Números impropios de un equipo de Primera División.
