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VILLARREAL CF

La crónica | El Villarreal sufre una alarmante amnesia de gol (0-0)

El Cádiz celebra el empate como un triunfo ante un Villarreal que desperdicia ocasiones muy claras

Parejo controla el balón ante la presión de José Mari. VILLARREAL CF

El Villarreal sufre una alarmante amnesia de gol. Le pasó ante el Betis, reincidió ante el Sevilla y alcanzó la máxima intensidad ante un Cádiz que celebró el empate ante su afición como si fuera un triunfo. El 0-0 final no satisface las aspiraciones de un equipo que falló goles increíbles que restaron brillo a buenos momentos de fútbol, pero que vio como al final su derroche ante tanto desperdicio de ocasiones le pudo llevar a un disgusto más grave si el Choco Lozano, o mejor dicho la pericia de Rulli, hubieran impedido el 1-0. Sensaciones de gran equipo, pero como dice Capoue los grandes no fallan en los detalles. ¿Un punto más? La sensación final es que de dejaron dos en el camino que lleva a las plazas Champions. Una pena.

Las nuevas tecnologías generan una cantidad ingente de números. Los algoritmos los traducen y aportan datos reveladores. El Villarreal fue contra todo esa ingeniera tecnológica en el fútbol en Cádiz. Los gaditanos se marcharon al descanso como el gato que consume hasta cinco vidas con sus travesuras pero vive consciente de que aún le quedan dos. Llegadas al área rival, robo de balones, remates a puerta, posesión de balones, ocasiones claras... pero el Cádiz lograba llegar al descanso con 0-0 y habiendo dispuesto de su chance para marcar en alguna acción aislada. Hubiera sido desterrar la lógica de los datos, pero el fútbol es fútbol como decía Boskov. La superioridad del equipo de Emery en el apartado técnico fue absoluta y eso que los locales apostaron por cerrarse atrás y porfiar su éxito a una agresividad, en muchos lances desmedida, y a agarrarse al otro fútbol que tenía como objetivo enervar a su oponente y sacarle del partido.

El Villarreal salió con todo. Ni virus FIFA ni historias similares. Jugaron en el once Lo Celso y Pau, y se quedaron fuera jugadores como Chukwueze o Danjuma. A Emery le importó poco la sobrecarga de minutos con las selecciones nacionales. Y su toque de atención al respecto tuvo su efecto porque los amarillos (morados ante el Cádiz por la coincidencia de colores) salieron a por todas desde el minuto uno. Por dentro, con Gio Lo Celso como ideólogo, por fuera con los desdoblamientos de Kiko Femenía y Pedraza, en las acciones a balón parado... los recursos son amplios y variados. El internacional argentino cedido por el Tottenham fue decisivo en todo menos en la definición. Es un futbolista diferencial con capacidad para generar una ocasión de gol a la mínima oportunidad. 

El Villarreal expuso todo su ideario en Cádiz. Pau jugaba con su mejor frac, sacando con elegancia el balón desde atrás. Parejo ejercía de maestro, respaldado por dos todoterreno como Capoue y Coquelin, intensos, pero presentes en el juego creativo. Baena y Lo Celso miraban siempre al área de Ledesma, con Jackson como referente. Las luces del Submarino iluminaban con la potencia de los leds más luminosos, pero perdían intensidad cuando llegaban al área de Ledesma. Ocasiones tan claras como las de Jackson hasta en tres ocasiones y Gio Lo Celso, rompían a los algoritmos... o le daban fuerza, porque las estadísticas dicen que el Villarreal es el equipo que más ocasiones falla de LaLiga. 

El Cádiz se marchó al descanso con dos bolas extras ya gastadas. Sin duda el fútbol es diferente y el Villarreal había derrochado ocasiones de gol.

El control del juego pasó a convertirse en un rondo con el Cádiz persiguiendo la pelota. Los gaditanos agotaron una vida más con el tiro al poste de Pedraza y una nueva ocasión para Jackson, que lo hacía todo bien menos lo más caro del fútbol: el gol. Emery apostó a Danjuma como hechicero que pudiera romper el conjuro. 

La mejor inyección de moral que tenían los gaditanos era seguir en el partido. Y poco a poco se fueron creyendo que podía. El Choco Lozano pudo continuar destrozando la big data del partido en un mano a mano con Rulli. El argentino evitó el 1-0. El equipo de Emery había perdido el control y el dominio del partido. Incluso, más cerca del 1-0 que del 0-1. El Villarreal acabó sufriendo. La amnesia cara al gol necesita cura urgente.

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