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VILLARREAL CF

La crónica | Setién calma la tensión con un giro 'emerysta' ante el Espanyol (0-1)

El Villarreal gana su primer partido con el nuevo técnico mostrando un mayor equilibrio defensivo

Alberto Moreno (d), que hizo el pase de la muerte del tanto del 0-1, celebra el gol del Villarreal con Trigueros. Enric Fontcuberta

El Villarreal CF taponó la hemorragia y Setién ganó su primer partido como entrenador groguet. Una victoria sufrida, con Rulli como estrella, pero con signos notables de mejora y con un estilo menos suicida y más equilibrado. Setién fue más Emery, pero también él mismo. Tres puntos con efecto balsámico y que mantienen al conjunto amarillo en la pelea europea a la llegada del parón. Un respiro importante.

El Submarino que saltó al campo del Espanyol fue un híbrido de Setién y Emery. Con los mismos defectos del anterior técnico y también con algunas de sus virtudes. El actual técnico le puso una pizca de más espíritu ofensivo al emerysmo. Poco a poco, a medida que mejora su conocimiento del plantel y sus jugadores, el cántabro parece ajustar las posiciones de sus futbolistas. La disposición táctica de pizarra era la misma que en los anteriores encuentros: 4-3-3.

Pero lo de los sistemas son como una foto inicial en la que los protagonistas se van moviendo. Setién situó a Parejo como mediocentro más retrasado, siendo la primera modificación respecto al partido del Mallorca, colocando a Capoue y Trigueros a los costados. En ataque, Danjuma era el referente y Chukwueze y Yeremy Pino abiertos a bandas.

El truco de la foto inicial radicaba, precisamente, en los extremos. Ambos replegaron como interiores cuando el rival tenía el balón, dotando de más equilibrio defensivo al Submarino. Era un toque más emerysta sin perder su propia esencia. 

El guiño de Setién al equipo

Posiblemente un guiño de Setién a sus jugadores, que no se encontraban cómodos tan desprotegidos. No obstante, el Espanyol también había estudiado bien el método Setién e intentó sacar puntos de los puntos débiles del mismo. Con la defensa muy adelantada, las perdidas de balón suponían un gran peligro para la zaga amarilla. A los cuatro minutos, un balón largo a la espalda de la línea adelantada atrás, supuso el primer susto serio. Javi Puado se plantó solo delante de Rulli, pero el portero argentino, una vez más, se puso la capa de Supermán y evitó una mala entrada en el partido, más cuando el Villarreal llegaba tras tres derrotas seguidas y con el nerviosismo metido en el propio organismo y en el entorno groguet.

La idea de Setién posee también sus puntos positivos. La posesión de balón y las constantes sociedades tejidas en el campo propiciaron hasta tres buenas llegadas al área. Lo que no cambió, como con Emery, fue la definición. Ni Danjuma ni Yeremy pudieron definir. Lo más importante, el Villarreal volvía a competir y no era el equipo desestructurado de los anteriores partidos. 

Y lo más importante, al margen de la ocasión tempranera de los periquitos, Rulli veía el partido cómodamente desde su área. 

Albiol da solvencia a la zaga

El Espanyol, que coquetea con el descenso, tampoco arriesgaba demasiado y especulaba con el marcador. La presenciad de Raúl Albiol en el centro de la zaga era una garantía absoluta para los amarillos. El capitán le ganó todos los duelos a un delantero tan peligroso como Joselu. Y a su lado, Jorge Cuenca, cada día más asentado en el equipo y demostrando que es una auténtica garantía en el eje central de la defensa.

El Villarreal continuó buscando la victoria tras el descanso, pero manteniendo el equilibrio. Capoue, con más libertad para mostrarse en las cercanías del área rival, dispuso de la primera gran ocasión de la segunda parte. Empujaban los de Setién, pero sin atino, otro de los males que castiga la eficacia del Submarino con otro aviso de Chukwueze, quien en su búsqueda del gol perfecto ajusta demasiado el tiro que se escapa por centímetros.

Sin nervios se juega mejor al fútbol. Y con el paso de los minutos, la presión y las dudas de los últimos partidos se diluían y el indudable talento que poseen todos los jugadores groguets fluía por el campo, con sociedades constantes. El gol sigue enemistado con los amarillos. Lo buscan, lo quieren, lo cocinan bien... y tuvo que ser el portero del Espanyol quien la metiera dentro de su portería, después de que Yeremy Pino rompiera el poste con su remate y Alberto Moreno recogiera el rechace... pero la bola entró que era lo importante.

El Villarreal, sin presión

El Submarino se quitaba dos toneladas de peso de encima y mandaba en el marcador. Setién movió el banquillo e inyectó aire fresco con Coquelin y Baena. El control del juego era groguet. Y dos cambios más con dos reapariciones esperanzadoras e importantes con la entrada de Foyth y Gerard. Los minutos finales fueron de sufrimiento. Setién tuvo en Rulli su mejor amuleto. Un portero puede ser tan decisivo y letal como un delantero goleador. El argentino dejó hasta cuatro paradas espectaculares que mantuvieron el 0-1 en los peores momentos del Submarino.

El Espanyol encerró al Villarreal en su campo, que achicaba el agua como podía. Y Gero Rulli volaba de lado a lado, estirándose hasta el límite y agotando las vidas que se le agotaban al Submarino. Pero hasta la suerte le había cambiado a Setién.

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