VILLARREAL CF

La opinión de José Luis Lizarraga | El dogmatismo de Luis Enrique con España y Setién con el Villarreal

Setién, junto a Roig Negueroles en su presentación en el Villarreal.

Setién, junto a Roig Negueroles en su presentación en el Villarreal. / Andreu Esteban

La racionalidad y el análisis no son términos que casen bien con el fútbol. Un espectáculo que hace tiempo que perdió la etiqueta de deporte y es un negocio que mueve millones e intereses. La elección de Qatar, sede del Mundial, es un gran ejemplo de la hipocresía que mueve los hilos del business futbolero. Ni derechos humanos, ni respeto a los valores, ni destrozar el calendario de las diferentes ligas mundiales lo resistieron. Las palancas económicas, otro concepto de nuevo cuño que rompe con las normas. Todo vale, si ‘san euro’ lo permite o las victorias lo maquillan. Precisamente, de eso quería hablar en este Directo de la teoría de Luis Aragonés: ganar y ganar. 

La España de Luis Enrique ha pasado de ser la gran favorita del Mundial, a ser foco de las críticas. No cabe duda de que el seleccionador español es un tipo especial. Seguramente mucho mejor en la distancia corta y en sus valores humanos que la imagen chulesca que se pretende transmitir y en la que colabora él mismo. No conozco a nadie que me haya hablado mal del Luis Enrique ser humano. Cuestión aparte podría ser el análisis de su manual con sus aspectos positivos y negativos. Le considero un fundamentalista del fútbol, demasiado apegado a su personalidad y estilo. Los errores cometidos en la salida de balón contra Japón invitan también a la reflexión de que los rivales invierten en analizar sus puntos débiles e intentan atacarlos. Es entonces cuando el fundamentalismo en versión futbolística se puede convertir en extremismo y éstos nunca suelen ser buenos. El dogmatismo es una actitud que te puede conducir al fracaso, porque no dejar que se discuta el método, o simplemente se corrija, no es inteligente ni positivo y te puede conducir al abismo. España tiene potencial y futuro, pero debe alejarse de la teoría única.

Messi dijo hace poco una de esas sentencias que invitan a la reflexión: «Guardiola le hizo mucho mal al fútbol. Parecía tan sencillo que todo el mundo quería copiarle». Gran verdad antidogma. 

Quique Setién llega al Villarreal con aureola de técnico dogmático. Su estilo tiene acotaciones similares a las de Emery, pero éste, pese a que en lo personal ha sido una de las personas que más me ha defraudado en el mundo del fútbol, y estoy seguro que por estar demasiado influido por la parte business del fútbol que le rodea, era mucho más versátil y sabía amoldarse a otras corrientes ideológicas en lo futbolístico para ganar. Es pronto para evaluar la decisión de Roig Negueroles con su elección. Me niego a ser injusto con Setién cuando ahora está en plena pretemporada. Su nombramiento me sorprendió enormemente. Si dijera lo contrario estaría haciendo un flaco favor a mi profesión y a ustedes, desde ese sagrado principio de la libertad de opinión que defiendo. Pero me dolió, y me dio pena, que 15.000 personas gritaran «Quique vete ya» ante el Mallorca, sólo 10 días después de ser nombrado en su cargo. 

Setién salió herido de muerte de la trituradora del Barcelona y lo pagó con dos años apartado del fútbol, posiblemente hastiado y dolido por no haber sido él mismo. Respeto la decisión de Negueroles y defiendo a Setién porque es el entrenador del Villarreal. Eso sí, ya habrá tiempo para analizar sus méritos y sus errores si los hubiera. Espero que no y también que sepa coger lo mejor de su método y adaptarlo al pragmatismo que exige la necesidad de competir y ganar porque el fundamentalismo me generan muchas dudas. Mientras tanto, tiene mi voto de confianza.

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