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Villarreal CF | Amarelle, su segundo, descubre los secretos de Quique Setién

El ayudante del entrenador del Submarino relata cómo vivió el vestuario la llegada del técnico, dónde y cómo viven y la evolución del equipo

El segundo entrenador del Villarreal CF, Ramiro Amarelle, a la izquierda, junto a Quique Setién en San Mamés.

El segundo entrenador del Villarreal CF, Ramiro Amarelle, a la izquierda, junto a Quique Setién en San Mamés. / VILLARREAL CF

Carlos Miranda / Ismael Mateu

«Nos hemos puesto el objetivo de apagar la luz de la oficina a las once de la noche, porque luego a las ocho de la mañana, antes de desayunar, ya estamos de vuelta. Si te gusta lo que haces, no prestas atención al reloj». Ramiro Amarelle (Ponteceso, A Coruña, 1977) ha dejado la arena de la playa por un trabajo de sol a sol en Vila-real que disfruta como un niño. Aquel canterano que no rompió el eterno techo de cristal de la base del Deportivo de la Coruña, aquel joven que probó y se convirtió en el mejor de la historia en el fútbol playa es ahora la mano derecha de Quique Setién en el Villarreal CF.

El segundo entrenador del Submarino, en una entrevista concedida a La Opinión de A Coruña, de Editorial Prensa Ibérica, grupo al que pertenece Mediterráneo, relata cómo vivió el cuerpo técnico su llegada a la Plana Baixa y cómo lo viven ahora desde dentro.

Sin casa y sin coche

«Vivimos Quique, Fran Soto --el preparador físico- y yo en la ciudad deportiva. No tenemos coche, no perdemos el tiempo ni yendo a casa, somos unos privilegiados», afirma Amarelle, quien descubre que «cuando dejó el Barcelona, Quique ya me dijo que en la siguiente aventura me iba con él».

Amarelle tenía esa deuda que se había retrasado porque Setién no se iba a entregar al primer proyecto que pasase por su puerta. «Tardó un poco más (su aventura como ayudante), porque él tampoco quería entrenar a cualquiera. Quería sentirse importante y encontrar un equipo que le motivase y lo ha encontrado», cuenta.

Ramiro Amarelle (i), el preparador físico Fran Soto (c) y Quique Setién (d), durante un entrenamiento.

Ramiro Amarelle (i), el preparador físico Fran Soto (c) y Quique Setién (d), durante un entrenamiento. / GABRIEL UTIEL BLANCO

Era el lugar y el momento, también para Amarelle, que coincidió con su mentor en Santander y Lugo, y que tuvo más oportunidades posteriormente para las que no sentía entonces preparado. «Quique ya me había hablado muchas veces de ir con él, pero lo que pasa es que yo era muy joven y tenía que vivir mis propias experiencias. Estuve en China, en Emiratos Árabes, en Centro América... Y no solo como persona, también como entrenador», reflexiona. 

Desde dentro

Amarelle se considera «metódico y meticuloso, guiando, enseñando y también escuchando cada día». «Estoy aprendiendo mucho en la convivencia diaria, es casi un máster. Con los jóvenes porque es una responsabilidad guiarlos, encauzarlos y con los mayores porque son ambiciosos, porque han vivido muchas experiencias, de las que saco muchas cosas. No son muñecos, son personas.Hay que ayudarlos, comprenderlos», contextualiza.

En cuanto al aspecto emocional, gestionar el adiós de Emery supuso el mayor reto para elcuerpo técnico de Setién por encima del cambio en el modelo de juego. «Quique y Unai ven el fútbol diferente, pero ahí no había problema. Fue más el shock emocional, fue más el vacío, lo que sufrieron el club y los jugadores. A todo eso los grupos deben adaptarse», admite, para aclarar que «la actitud fue buena y la gente es buena, pero lo pasa mal, no sabes cómo reaccionar, estás un poco desorientado. Fue un gran impacto porque son personas, pero ahí se vio la calidad humana. No era una cuestión táctica, era de personas».

El técnco del Submarino, Quique Setién, realiza una charla con sus jugadores, en el entrenaiento realizado en el Estadio de la Cerámica días atrás.

El técnico del Submarino, Quique Setién, realiza una charla con sus jugadores en un entrenaiento. / ANDREU ESTEBAN

Cómo ve al vestuario

Sobre cómo lo está viviendo el vestuario, está satisfecho por la evolución. «Notamos que los jugadores se están empezando a sentir muy cómodos», avanza Amarelle, ya más sobre el fútbol que sobre las emociones. «El modelo de juego es claro, pero también te adaptas a las características de los futbolistas. La idea del míster les hace disfrutar y tienen espacio para desarrollarse», arguye.

Y no oculta la variedad en el colectivo. «Contamos con jugadores muy particulares. Gerard Moreno es un delantero atípico. Defiende y es casi un falso nueve y lo sigue siendo ahora. Parejo coge la pelota y parece que juega a otra cosa, que se para el tiempo. Extremos que siguen siéndolo, pero que ahora admiten matices», relata sobre un equipo que ya ve rodado.

«Al principio cuando perdíamos partidos yo ya veía que hacíamos muchas cosas bien, aunque fallásemos, claro. Ajustamos y acertamos y eso nos ha subido la confianza, nos ha estimulado. odo va más rodado», destaca.

Gerard Moreno, en la imagen junto a Setién, tras marcar ante el Real Madrid, espera ser nuevamente el referente en ataque del Submarino.

Gerard Moreno, en la imagen junto a Setién, al que el cántabro tiene en alta estima.

Su filosofía de vida

«Si fuese cualquier otra cosa en la vida, intentaría disfrutarla igual», dice. Ramiro Amarelle no sabe qué le deparará en el futuro en ese camino que le tiene ahora en Vila-real. Ha pasado de innovar y crear un deporte de la nada en la arena, a vivir con la maleta a cuestas en casi todos los continentes, a trabajar la base y a aprender de todo en A Coruña, en Lugo y en Santander.

Es una filosofía de vida. «Estoy convencido de que he aprendido mucho más de lo que he podido enseñar. Llevo toda la vida en el fútbol jugando, entrenando y formándome. Es continuo. Soy curioso», finaliza quien vive sus primeros meses disfrutando de una de las mejores ligas del mundo. 

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