VILLARREAL CF

La crónica | El Villarreal zozobra ante el colista de Primera División (3-1)

El Elche, con un ‘hat trick’ de Pere Milla, gana su primer partido y y le saca los colores a un flojo Submarino

La crónica | El Villarreal zozobra ante el colista de Primera División (3-1).

La crónica | El Villarreal zozobra ante el colista de Primera División (3-1). / EFE / MIGUEL ÁNGEL POLO

El Villarreal CF dio un paso de cangrejo hacia atrás en sus aspiraciones europeas. Derrota contundente ante el colista y virtualmente descendido a Segunda por un 3-1 que pudo ser más amplia. El Elche estrenó su casillero de victorias ante un Submarino que estuvo fuera del partido durante una gran parte del mismo y que ofreció signos de encefalograma plano, recibiendo un severo correctivo, casi humillante, ante un adversario que, pese a su situación en la clasificación, sacó los colores al Villarreal. 

Miedo a perder

Enfrentarse a un equipo que ha jugado los 19 partidos de la primera vuelta y no ha conjugado el verbo ganar, produce, cuanto menos, una sensación de miedo a ser el rival que rompa la racha. Era la obsesión y el temor no ocultado por Quique Setién. Y si recibes un gol a los tres minutos, lo que era un discurso de aviso, se transforma en un martilleo psicológico. El Villarreal tenía un partido trampa en Elche y empezó enredado en sus propios temores con el tempranero tanto de Pere Milla. No comenzó el Submarino con la concentración mínima y la intensidad necesaria para competir, aunque delante estuviera el colista de la categoría. 

Setién reiteró la confianza en el bloque tipo que parece haber encontrado con los cambios respeto al encuentro ante el Rayo de Pepe Reina bajo palos y Johan Mojica en el lateral izquierdo.

Mal desde el principio

El Submarino tuvo unos minutos de duelo tras el mazazo del primer gol del Elche, una acción repleta de facilidades y regalos a un equipo que afronta cada partido con el objetivo de salvar su orgullo para ganar su primer partido y un tanto exento de presión. 

La diferencia de calidad entre uno y otro equipo es notable. Y el Villarreal logró recuperar el pulso y superar sus miedos iniciales. Álex Baena era el jugador sobre el que giraba el fútbol ofensivo. El joven centrocampista se convirtió en la mente más despejada del equipo groguet. El almeriense iluminaba los pases con más intención y en el tiro de larga distancia. De su talento salió la jugada del empate con una asistencia a Gerard Moreno y una perfecta definición del 7. Era como un volver a empezar para un Villarreal que había recuperado las riendas.

Pero llegar el control y culminar las acciones de peligro que se generan son dos cuestiones muy diferentes y a este Submarino de Setién le está costando mucho ser eficiente en ataque. Yeremy Pino tuvo la llave de la victoria en el minuto 28, pero al canario le faltó tranquilidad y pecó de precipitación para batir a Edgar Badía con quien se quedó solo en una acción en la que ganó muy bien la posición a su marcador.

La crónica | El Villarreal zozobra ante el colista   de Primera División (3-1)

La crónica | El Villarreal zozobra ante el colista de Primera División (3-1) / EFE / MIGUEL ÁNGEL POLO

Jarro de agua fría al borde del descanso

El Elche cerró espacios, presionó bien la salida de balón y asfixió a los amarillos, que tenían la pelota, pero eran inofensivos totalmente. Y ya en el descuento, una pérdida en posiciones de peligro de Gerard, concluyó con un penalti de libro de Jorge Cuenca, pasado de revoluciones, sobre Ezequiel Ponce. Pere Milla transformó la pena máxima en la última jugada del primer tiempo. El Elche se iba al descanso con el marcador a favor (2-1). Otra vez el miedo a perder se apoderaba del Villarreal.

La entrada en el encuentro del Submarino tras el intermedio fue caótica. El farolillo rojo tuvo una virtud que desequilibraba la balanza claramente a su favor. Lo que se veía en el Martínez Valero no era el duelo entre un aspirante a plazas europeas y otro que estaba a 14 puntos de la permanencia. 

El Elche salió como un obús ante un contrincante timorato, disperso y que acumulaba error tras error, sin dejar de pasar por alto su escaso gen competitivo. 

Se veía venir el 3-1...

En la primera acción de la segunda parte, el 3-1 se asomó por la ventana. El Villarreal era una caricatura de sí mismo y los nervios se metieron en el organismo de un equipo que se veía superado en velocidad, ambición, intensidad y convicción. En pleno vendaval franjiverde, Baena, muy pasado de vueltas, volvió a hacer un nuevo penalti, ahora sobre Pere Milla. El mismo protagonista se encargó de lanzarlo y de firmar un hat trick que sentenciaba a un Submarino derrotado, acomplejado y, posiblemente, sintiendo su orgullo herido al convertirse en el primero en caer ante el colista destacado de la categoría. No solo en perder los tres puntos: estaba el castigo, la humillación más grave era en cómo se producía la derrota.

El 3-1 fue un mazazo psicológico muy duro. Setién no tenía más opción que intentar una reacción desde el banquillo. Tres cambios de golpe, algo inusual en el técnico cántabro, que no variaron la triste imagen del Villarreal. El Elche era tremendamente superior. Manu Trigueros, Francis Coquelin y José Luis Morales no fueron los revulsivos para un conjunto que, finalmente, había caído presa de un nerviosismo exagerado. Cualquier atisbo de voltear el encuentro o, tan siquiera, intentarlo, se antojaba como una utopia.

Escasa capacidad de reacción

Ni una sola oportunidad digna de mención por el lado del Submarino, pero lo más preocupante fue la imagen amnésica de un equipo que había ofrecido buenos momento de fútbol en los últimos partidos, incluso, con la derrota ante el Rayo en La Cerámica.

Suscríbete para seguir leyendo