VILLARREAL CF

La crónica del Villarreal-Osasuna | Goleada para curar la depresión de la Conference (0-3)

El Submarino recupera la fiabilidad defensiva y machaca a Osasuna recuperando su eficacia cara a puerta

La crónica del Villarreal-Osasuna | Goleada para curar la depresión de la Conference (0-3).

La crónica del Villarreal-Osasuna | Goleada para curar la depresión de la Conference (0-3). / EFE / JESÚS DIGES

Lo que le faltó al Villarreal CF en Europa, le sobró en Pamplona: goles y eficiencia cara a puerta. No fue la única clave para seguir de pie en la pugna por regresar a una competición continental la próxima temporada (0-3). El Submarino basó su fuerza en la recuperación de su fiabilidad defensiva y superó hasta cuatro bajas por lesión de hombres importantes como Alfonso Pedraza, Gerard MorenoRaúl Albiol y Ramón Terrats. Si en ante el Anderlecht se fallaron hasta siete ocasiones nítidas de gol, ante Osasuna el porcentaje de efectividad fue muy alto, pero además apenas se dejó al conjunto navarro inquietar a Pepe Reina, mucho más protegido. El mejor ataque es una buena defensa. Una victoria que devuelve la tranquilidad con 15 días por delante para preparar la visita de la Real Sociedad. Un buen Villarreal.

Recuperar el ánimo

No era fácil la papeleta para Quique Setién. Después del golpe anímico tras la eliminación de la Conference League, no servía cualquier discurso cara a sus jugadores. No era una derrota cualquiera y el negativismo flotaba en el ambiente. Pero el fútbol no responde ni a parámetros lógicos ni a situaciones normales. El técnico se la jugó con sus mejores jugadores y alineó el que ahora se apunta como el mejor once posible. Sin embargo, lo más importante no era ni el dibujo, ni el nombre de los elegidos para medirse a Osasuna en El Sadar, sino la actitud y recuperar el orden táctico. Era una cuestión de amor propio de los jugadores. 

El Villarreal tomó el mando desde el principio. La defensa era clave porque los navarros tienen mucho peligro en su delantera sobre todo con Chimy Ávila y Abde en las bandas. Con el tándem central Albiol y Pau y Pedraza y Foyth en los laterales, el juego de contención adquiría mas fiabilidad, pero también necesitaba de más organización en los pulsos en el centro del campo con Terrats, Trigueros y Parejo.

Osasuna - Villareal

La crónica del Villarreal-Osasuna | Goleada para curar la depresión de la Conference (0-3). / EFE / JESÚS DIGES

La presión de El Sadar

Es uno de los campos dónde más se aprieta a los rivales y Osasuna un dolor de muela constante. Los de Jagoba Arrasate tienen las virtudes de siempre de los rojillos, pero tuneado con un buen trato de la pelota, aunque el Submarino mantuvo un idilio más romántico con ella. Los navarros dominan perfectamente la canalización por bandas y el centro al área. Su fútbol es tan sencillo como eficiente, aunque los últimos tres partidos de Liga en casa quedaron desiertos de triunfo. Sin embargo fueron los amarillos quienes echaron mano del manual rojillo para ver puerta. Si ante el Anderlecht parecía imposible que ni jugando dos días enteros pudieran ver puerta, en Pamplona se abrió el marcador al cuarto de hora en la primera aproximación al área. Un gol a la navarra, con centro de Pedraza al área y remate de Chukwueze entrando desde atrás con la rodilla.

Con el 0-1, el Villarreal recuperó su autoestima e implantó una dictadura sobre el terreno de juego. En defensa, los duelos de Pedraza y Foyth con Chimy Ávila y Abde eran intensos, pero siempre se resolvían en color amarillo. Sólo por centímetros, medidos con escuadra y cartabón por el VAR, Osasuna se salvó del KO y el Villarreal perdió el jaque mate, al anularse un gol a Chukwueze en una contra bien ejecutada

El primer contratiempo

Todo iba bien, hasta que Gerard se echó al suelo, puso gesto de dolor y se cogió el gemelo. Tuvo que retirarse lesionado a la media hora. El Villarreal se parecía mucho al de la era Unai Emery en cuanto a organización y tenía el partido controlado. 

Una nueva desgracia se cebó con el Villarreal. Un codazo de Nacho Vidal a Pedraza acabó con el lateral zurdo chorreando sangre por la nariz. El árbitro le perdonó la segunda amarilla al jugador rojillo.

Cuatro cambios por lesión

Y en el descanso, más sorpresas. Dos cambios de golpe, ambos por problemas fisicos: Pedraza y Albiol se quedaron en la caseta, entrando Mojica y Mandi.

Osasuna empezó a apretar y poco a poco fue ganando terreno, pero el equipo de Setién respondía con contundencia, liderado atrás por Pau, en plan mariscal. Kike Borja estrelló un balón en el poste y el VAR despejó cualquier duda respecto a un balón al brazo de Yeremy. 

Terrats se convirtió en el cuarto cambio por lesión. Muchos inconvenientes, pero el Villarreal resistía. Con ese gen competitivo es complicado superar a un equipo plagado de buenos jugadores.

Orden defensivo

Había que aguantar con orden y saber replegar para proteger el área de Pepe Reina. Setién adaptó su idea a las circunstancias y el Villarreal juntó las líneas y esperó atrás a su rival, esperando una acción rápida de contragolpe buscando la velocidad de Morales o la genialidad de Yeremy Pino, excelso en Pamplona, o de Samu Chukwueze.

Setién dio un giro a su manual. El cambio de Kiko Femenia por Chukwueze situando un doble lateral para cerrar las puertas de entrada de Osasuna y desactivar los puntos fuertes de su juego, tuvo premio. Igual que el espíritu combativo y competitivo de los amarillos. No perder la compostura táctica y dar brillo al juego defensivo, fueron las llaves para apuntalar el triunfo en Pamplona. Un error en el pase con pérdida de balón, dejó a Aitor Fernández adelantado y Morales templó el balón a lo Pelé para batir de tiro bombeado al exportero amarillo y superarle por arriba casi desde 40 metros. Y todavía quedaba tiempo para más. Una contra liderada por un magistral Yeremy acabó con el 0-3 enviado otra vez por el Comandante Morales a la red.

Goles contra la depresión europea. El Villarreal se levantó y andó después del batacazo. A lo grande.

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