Este viernes se ha cumplido una década de uno de los mayores desplazamientos de la afición amarilla en toda su historia. Era la penúltima jornada de liga y el Villarreal se medía al Barcelona B en el Mini Estadi. El equipo, por aquel entonces entrenado por Marcelino, necesitaba dos victorias para regresar a Primera.

Conscientes de la importancia del partido, los seguidores del Submarino movilizaron desde el minuto uno superando todas las previsiones iniciales y firmando un viaje para la historia de la entidad. 

La afición del Villarreal se movilizó en un viaje sin precedentes. VILLARREAL CF

El club subvencionó parte del viaje y finalmente alrededor de 10.000 groguets se desplazaron a la Ciudad Condal. En total, partieron 170 autocares, y en su llegada, se produjo una imagen memorable. José Manuel Llaneza esperó en la calle a cada uno de los autocares, saludando a toda la marea amarilla que invadió Barcelona. 

El estadio del filial azulgrana solo tuvo un color... y el masivo apoyo tuvo su efecto en el encuentro. El Villarreal logró una victoria fundamental por 0-3 con goles de Jonathan Pereira, Bruno Soriano y Perbet. Tras el pitido final, los 10.000 celebraron el triunfo junto a los jugadores, que agradecieron el apoyo dando una vuelta al estadio. 

Fernando Roig agradeció el apoyo de la afición tras el partido. VILLARREAL CF

La comunión entre equipo y afición era total y una semana más tarde, el Submarino culminó el retorno a Primera División venciendo al Almería por 1-0 con gol de Jonathan Pereira. Diez años de uno de los viajes icónicos en un momento clave en el porvenir de la entidad.