El sol salió con Pacheta. Pese a que hubo lluvia al final, el chaparrón se convirtió en agua milagrosa para que el nuevo Villarreal lograra una victoria inesperada, agónica, podría decirse que incluso inmerecida, pero victoria al fin y al cabo, que era lo que el Submarino necesitaba. Igual que el tiempo en la tarde de este domingo, con un cielo encapotado toda la tarde y postrera tormenta, el conjunto amarillo se impuso de forma gris al Almería (2-1) gracias a un golazo de cabeza de Sorloth en el descuento tras pase de Alberto Moreno, cuando el encuentro agonizaba, cambiando la pesadumbre del flojo partido realizado por la algarabía del éxito y, sobre todo, del cambio de inercia que suponen tres puntos de oro.
Se esperaba mucho más del equipo. Todos querían ver plasmado el espíritu de Pacheta, pero la realizad fue diferente. Ritmo cansino, falta de intensidad y una sensación de cansancio en los jugadores imperó en una primera mitad en la que los amarillos solo dispararon una vez entre palos, el gol antes del descanso de Gerard.
Pacheta aplicó la lógica y recuperó el 4-4-2 para un Submarino que necesitaba que Parejo tuviera un acompañante en el doble pivote y que Gerard Moreno jugara de delantero junto a Sorloth.
Además, el técnico reforzó la confianza en Jörgensen, dio la titularidad a Matteo Gabbia como central por la izquierda y otorgó la alternativa como titular al joven lateral izquierdo del filial Carlos Romero, que fue una de los mejores del partido mientras estuvo en el rectángulo de juego.
Sin norte
Desde el pitido inicial el Villarreal no se encontró sobre el campo. Ritmo demasiado lento y previsible de juego, poca profundidad y un Parejo demasiado tapado y nada protagonista. Sin el Mago de Coslada, el Submarino es otro, le faltaba su brújula, por lo que en casi toda la primera mitad fue un equipo desnortado.
El Almería, bien agazapado atrás y reforzando el centro del campo cortocircuitó las principales vías de pase hacia Yeremy Pino y Álex Baena, los futbolistas ofensivos de banda ayer, quienes tenían doble marca por parte del entramado defensivo andaluz, evitando que profundizaran.
Quien se aprovechó de ello fue el joven Carlos Romero, quien encontró una autopista por el carril izquierdo, percutiendo una y otra vez por banda y generando peligro. Al León de Torrent, al contrario de lo que pudiera parecer, no le pesó el debut, ni la camiseta ni la categoría. Jugó como si estuviera haciéndolo en el patio de su casa, como su llevara jugando en Primera División toda la vida. Desparpajo, personalidad, llegada y finalización, o en centro o intento de disparo, esas fueron sus credenciales en un gran debut.
El joven del Villarreal B fue una de las pocas noticias positivas junto con Jörgensen, cuya mano milabrosa evitó ir por debajo del marcador hasta que en el 43 no lo pudo evitar, cuando tras un desajuste defensivo Akieme le fusiló y adelantaba al Almería.
Parecía que con 0-1 se llegaría al descanso, tras lo visto por el Submarino en el primer acto, pero una jugada en el descuento de Carlos Romero terminó con un pase de la muerte que, tras fallo en el control de Álex Baena, Gerard Moreno remachó a la red, poniendo las tablas al descanso (1-1) en el único disparo a portería de un flojo primer acto.
La ruleta de Pacheta
La segunda mitad fue más de lo mismo, aunque el Villarreal le ofreció un intercambio de golpes al Almería, entrando el encuentro en una ruleta rusa que, visto el poderío físico de unos y otros, no le convenía.
Con los mismos argumentos que al inicio lo intentó un equipo de Pacheta que parecía más agotado que un rival más enchufado. A los ataque fallidos amarillos respondían los de Vicente Moreno con contragolpes casi letales.
A partir de la hora de juego, el entrenador del Submarino decidió dar aire fresco con la entrada de Alberto Moreno y Comesaña, en primer instancia, y luego con Ilias Akhomach, por unos agotados Capoue, Carlos Romero y Álex Baena. Precisamente Baena había sido el generador de dos ocasiones antes de ser reemplazado en el 71, ambas solventadas por el meta Luis Maximiano. De igual manera, Filip Jörgensen fue el salvador de los groguets con hasta tres paradones en tres contras visitantes, dos de Luis Suárez y una de Lopy.
El partido entraba en su recta final y los amarillos seguían espesos y sin finalización en el área.
Pacheta quemaba sus naves con la entrada de Brereton Díaz por Gerard Moreno --se hizo un silencio en la grada-- y de Cuenca por un extenuado Gabbia.
Pero los intentos de ataque finales, con Yeremy Pino y el propio Brereton Díaz como protagonistas no encontraban destinatario. Hasta que en el descuento apareció Alberto Moreno, para poner un zurdazo desde la banda al segundo palo que Sorloth cabeceó a la red como el mejor que nadie sabe hacer. ¡Golazo de Killer del área!
Victoria sobre la bocina, júbilo en la grada y en el césped. El nuevo Villarreal se estrenó con triunfo pese a estar espeso, sin ideas y, sobre todo, extenuado físicamente. Pacheta tiene mucho por hacer.