El Villarreal cumple en Sa Pobla (1-6)

El Villarreal ha hecho este martes lo que debía en Sa Pobla: tomar las riendas del partido desde el primer minuto y no soltarlas hasta que el pase a la segunda ronda de la Copa del Rey estuviera decidido. El equipo de Marcelino García Toral no dio opción a la sorpresa y desbordó al Poblense para abrochar la victoria con la autoridad esperada. El duelo estaba encarrilado en los primeros minutos y absolutamente sentenciado al descanso, con cinco goles de margen. El 1-6 definitivo no hizo sino abundar en la superioridad de los groguets.

De inicio, el Submarino se adueñó de la pelota y repelió todas las excusas. Ni las rotaciones ni el césped pesado por las lluvias ni la pereza que a veces asoma en estas citas. El dominio se tradujo enseguida en llegadas al área, primero a través de la banda derecha, donde picoteó Yeremy Pino. Terrats perdonó el primer pase de la muerte, pero no el segundo: en el minuto 10 adelantó al Villarreal al embocar a placer el remate.

Tras el primer tanto, el encuentro siguió por la misma senda. Parecía cuestión de tiempo que el cuadro groguet ampliara la ventaja, y así fue, porque al control se añadió contundencia. En el minuto 26, Terrats rasgó la zaga rival por el flanco diestro y regaló el 0-2 a Ayoze. En el 35’, el propio Ayoze repitió al culminar frente al portero una maniobra de Yeremy.

La conexión canaria era por sí sola una muestra de que el Villarreal va en serio con esta Copa del Rey. Dos internacionales absolutos eran lógicamente un reto demasiado grande para la defensa local, de Tercera RFEF. El canterano Pau Cabanes se sumó a la fiesta en el minuto 38, anotando el cuarto tras cambiar la pelota de pierna en una bella secuencia. Todavía antes del descanso, Terrats filtró con la zurda un fino pase interior que Ayoze convirtió en el quinto.

La segunda parte

Con todo resuelto, la segunda parte escondía una incógnita y un deseo. La incógnita: cuántos goles marcaría el Villarreal. Y el deseo: que no se lesionara nadie.

El deseo quedó suspendido en el aire por la salida de Pau Navarro en los minutos finales, y eso que Marcelino había movido rápido el banquillo (al descanso ya introdujo al debutante Valou) para evitar ese tipo de males. La incógnita de los goles anduvo condicionada por el decoro. El Villarreal bajó el ritmo para no humillar a nadie.

El Poblense tiró de orgullo para apretar los dientes y Aitor Pons exigió al portero Luiz Júnior, que sacó un par de tiros a quemarropa, pero nada pudo hacer en un disparo cruzado en el minuto 67.

Ya entonces había marcado el sexto Gueye en una combinación aseada con Ayoze. No pasó mucho más: sobró la segunda parte.