VILLARREAL CF
El testimonio del director de Seguridad del Villarreal: «La gente joven se está volcando, nos está dando toda una lección»
El relato de Manuel Casarrubio trata de acercarnos a la magnitud de la tragedia: «El olor es insoportable», afirma

El testimonio del director de Seguridad del Villarreal: «La gente joven se está volcando, nos está dando toda una lección» / MEDITERRÁNEO

El testimonio de Manuel Casarrubio, director de Seguridad del Villarreal CF, tiene el valor de quien lo ha vivido desde fuera como padre de unos hijos afectados en Massanassa, pero también desde dentro. No en vano, aunque ahora reside 30 kilómetros más al norte (Massamagrell), ha vivido más de 20 años en una de las poblaciones más afectadas por la DANA. Casi no hay que preguntarle para que relate sus impresiones sobre algo que nadie puede entender. Porque, ante circunstancias así, solo quedan las palabras, para explicar esa imagen de fin del mundo a los que seguimos con nuestras vidas como si no hubiera pasado nada.
A Casarrubio la tragedia le pilló en las Baleares, acompañando a la expedición amarilla en el compromiso copero frente al Poblense. Afortunadamente, pudo estar conectado con su familia, que le iba contando como la situación empeoraba por momentos, hasta el punto de tener que refugiarse en el tercer piso de la finca.
«Al día siguiente -continúa-, aunque ya había visto fotos, fue al aterrizar en el aeropuerto de Manises cuando empecé a ver la magnitud de lo que había pasado, con todo destruido». «Un desastre impresionante», lo califica.
Inevitables consecuencias
Casarrubio no pudo acceder a Massanassa hasta el sábado. Allí, todo le golpeaba la vista... y también el olfato: «Ese día el hedor ya era insoportable, con todos los enseres en la calle, la porquería...». Y a expensas de que hoy regrese, le dicen que la situación no ha cambiado mucho: «Mi hija me cuenta que están peor». «Las cañerías no desaguan porque las tuberías se han obstruido y no se puede seguir limpiando», sostiene.
La ayuda empieza a llegar, pero la zona arrasada es tan grande, hay cientos de miles de afectados, que Casarrubio sentencia: «Aquí no se volverá a una cierta normalidad hasta dentro de unos meses».
También empieza a llegar la información. En la era de saber todo lo que pasa al momento, aunque sea a miles de kilómetros, llama la atención que lo que ha funcionado durante esta semana ya larga, en localidades sin luz ni internet, en la que se han echado a perder ordenadores, tablets o móviles, «lo que manda es el boca a boca». Un sentimiento les une. «La impotencia», condensa Casarrubio.

El testimonio del director de Seguridad del Villarreal: «La gente joven se está volcando, nos está dando toda una lección» / MEDITERRÁNEO
Un halo de esperanza
Él, lógicamente, ha ofrecido mudarse a los suyos, pero no quieren: «Prefieren quedarse para ayudar». Porque, de no ser por los voluntarios, la situación sería todavía peor. Aquí, el director de Seguridad del Villarreal arroja un poco de luz entre tanta tiniebla. «Pensábamos que era una generación de cristal, únicamente preocupados por ellos mismos, pero la gente joven se está volcando, nos está dando toda una lección», subraya Casarrubio. Así que entre tanto dolor, entre tanta penuria, al menos que este artículo concluya con un halo de esperanza.
Nuevo convoy en ruta de la peña Celtic Submarí
Celtic Submarí volverá a ponerse este miércoles en ruta rumbo al territorio valenciano devastado por la gota fría. Esta peña del Villarreal se ha encontrado, como tantos otros colectivos que tratan de poner su granito de arena para paliar la tragedia, con el problema de a quien dirigirse en el lugar de destino. En este sentido, la ayuda de Manuel Casarrubio ha sido fundamental, ya que su conocimiento de la zona y contactos le ha permitido redirigir la distribución del amplio material recolectado por esta asociación.
Así, partirá un nuevo convoy con un producto muy demandado en los últimos días: los túperes para favorecer la entrega de comida caliente, ya que miles de afectados por las riadas llevan más de una semana sin poder alimentarse en condiciones. En una iniciativa a la que también se ha sumado Asier Manzanos, del restaurante El Vasco de Vila-real, podrán repartir las más de mil raciones que la firma Salsia cocinará desde el municipio de Nàquera.
Como detalle de la increíble dimensión de la situación, que cuesta asimilar si no se ha estado allí, es que hay innumerables vecinos de estas localidades pegadas a la capital del Túria --donde la vida transcurre poco o nada ha cambiado-- que están comiendo «las raciones de combate del Ejército», relata Casarrubio.
Además, cuenta la experiencia del pasado sábado, cuando ya pudieron llevar agua y productos de primera necesidad. «Dejamos el coche a ocho kilómetros de Massanassa y fuimos cargados con carros y mochilas», introduce. «La gente nos pedía ayuda, nos preguntaba de dónde la habíamos sacado, porque el agua ha reventado los bajos de todos los centros comerciales, tiendas...», añade.
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