El 'zasca' del Villarreal a los árbitros y la federación española... con la polémica arbitral de fondo

Los tres goles anulados en Getafe (con todo, el Submarino pudo ganar en el Coliseum), la lesión a Tajon Buchanan por parte de Beñat Prados y el distinto rasero con el expulsado Pape Gueye en el duelo directo frente al Athletic Club, el escándalo histórico del domingo frente a la Real Sociedad (otros tres tantos que no subieron al marcador y un penalti sobre Yeremy Pino que se fue al limbo), la desproporcionada roja del miércoles para Eric Bailly en Balaídos, los penaltis en contra, la alucinante intervención (o no) del VAR...

Sí, el Villarreal CF tiene motivos de sobra para el mosqueo; o, directamente, para la indignación con los arbitrajes sufridos en los últimos encuentros, que le han descabalgado de la lucha por la cuarta plaza (la que da el pasaporte también para la Supercopa de España) y, a la vez, ver amenazada su quinta plaza, la Champions en una palabra, por parte del Betis.

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Todavía bajo los ecos del perverso triángulo de las Bermudas del domingo (el formado por Cuadra Fernández, su auxiliar Guadalupe Porras Ayuso y Trujillo Suárez en el VAR), se sumó lo del jueves en Vigo. Los amarillos hicieron un mal partido, coronado por ese llamativo 3-0, pero hasta la acción del central costamarfileño sobre Alfon González en el minuto 37 de la primera parte, estaba 0-0.

Esta vez, Alberola Rojas no lo dudó y le sacó la roja directa. Con todo, es una acción al límite, por lo que requería (al menos así lo entienden los groguets) un visionado en el monitor por parte del trencilla manchego (a pesar de que el responsable de sala era el sevillano Figueroa Vázquez, bético reconocido).

No fue así y, en consecuencia, no se valoró que Kiko Femenía podía haber llegado al jugador local, en vez de considerar que Bailly era el último hombre y que cortó una ocasión manifiesta de gol.

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Simultáneamente a la pesadilla de Balaídos, el Comité de Competición sancionaba a Ilias Akhomach a raíz de su reacción tras el encuentro frente a la Real.

El castigo

El barcelonés, lesionado para lo que resta de temporada (y, por lo tanto, no estaba citado), irrumpió en el césped para acercarse a Cuadra Fernández y gritarle «¡esto es una vergüenza, una vergüenza!», por lo que tuvo que ser «separado de la zona por jugadores y técnicos de su club», escribió el balear en el acta, donde añadía: «Una vez se retiraba a la zona de vestuarios, al pasar al lado del monitor del VAR le dio un golpe con fuerza tirándolo al suelo y, según nos informa el técnico de la compañía, rompiéndolo». Por ello, Akhomach deberá cumplir un encuentro de suspensión «por conducta contraria al buen orden deportivo» y otros dos por «protestas al árbitro».

El caso es que Jude Bellingham también dio una patada al soporte del monitor del VAR a la conclusión del Real Madrid-Valencia... y quedó indemne. No la pantalla, sino la actuación del inglés.

Un zasca con efecto

Por otra parte, el Comité Técnico de Árbitros (CTA) ha repetido la designación para el Villarreal-Espanyol de el domingo. Inicialmente en La Cerámica aquella polémica noche del 3 de marzo, Munuera Montero tendrá en el VAR al gallego Javier Iglesias Villanueva, en vez a al madrileño Del Cerro Grande.

El Villarreal, a través de las redes sociales, ha mostrado su enfado tanto con la RFEF como con el CTA, al haber escrito mal en la designación tanto el nombre del club (Villareal) como el topónimo (Villarreal). De resultas, la federación lo eliminó.

Meses atrás, el Villarreal ya las tuvo con Munuera Montero (2-2 en El Sadar). Con él, en 21 partidos oficiales, siete triunfos y nueve derrotas amarillas (cinco empates).