La crónica | Demasiado Manchester City para un Villarreal de menos a más (0-2)
El equipo de Pep Guardiola se adelanta con goles de Haaland y Bernardo Silva; el Submarino mejora tras el descanso, pero la madera y Donnarumma frenan la reacción en La Cerámica

Imagen del Villarreal-Manchester City, en el Estadio de la Cerámica (0-2 en la Champions). / TONI LOSAS

De menos a más, el Villarreal CF cayó ante el Manchester City en La Cerámica. Los goles de Haaland y Bernardo Silva concretaron el dominio visitante en la primera mitad. En la segunda, con orgullo, energía y clara mejoría, el Submarino rozó en vano un gol que agitara la conciencia del partido.
La Champions es la competición más prestigiosa del fútbol porque al envoltorio del glamur y el dinero añade la esencia. No hay trampa: esa mezcla de tradición y modernidad que mantiene toda la pureza. Cuando desaparece el logo y se silencia la música, el fútbol permanece. Los estadios son las catedrales de este siglo, y a la fe que movió a los groguets en La Cerámica le faltó por contra una pizca de ciencia.
El planteamiento de Marcelino García Toral trataba de encarrilar la gigantesca misión que le aguardaba al conjunto local. Aquí juegan los mejores entre los mejores. Frente a la abundancia de recursos del Manchester City de Guardiola, al Villarreal le convenía un inicio encorsetado, un control de daños que le permitiera, después, preparar las emboscadas idóneas para robar, relamerse y volar alto.
Lo cierto es que el plan tenía sus grietas. El Villarreal salió indemne del arranque porque a veces el fútbol es generoso con ciertos errores. En el primer minuto, Doku dejó sin castigo una pérdida de Partey en la salida. El disparo final del City lo repelió Luiz Júnior, novedad en la portería. Al poco, en el minuto 3, Haaland cabeceó desviado un centro templado y meloso.
El dibujo líquido de Guardiola, que ocupaba todo el frente con cinco hombres de ataque en fase ofensiva, dificultó las intenciones del Villarreal, que aguardaba con dos líneas de cuatro, cerrando el interior y juntito. Paciente y preciso, de dentro hacia fuera y de fuera hacia dentro, el City se las apañó para pausar y acelerar hasta encontrar los pasillos. Y pasado el cuarto de hora, Haaland dijo que no perdonaba más de una.

Toni Losas
El 0-1
Sucedió en el minuto 17: Rico Lewis mezcló con Savinho por la derecha y raseó el centro a la corta, donde Haaland se adelantó a los zagueros y batió a Luiz Júnior.
El Villarreal, muy exigido, sufría en lo individual (solo Mouriño domaba a Doku en el flanco derecho de la zaga) y en lo colectivo. Apenas podía mantener la pelota lo suficiente para tomarse un respiro. El paisaje exigía una mezcla casi imposible de cautela y valentía. Cautela, porque el Submarino no podía ganar el partido antes del descanso, pero sí perderlo. Y valentía, en forma de riesgo medido, para suavizar un respeto al rival que estaba siendo excesivo.
Pasada la media hora, el City mostró sus imperfecciones. Gvardiol regaló algún pase fácil y Pape Gueye se animó con un zurdazo cruzado que espoléo a La Cerámica. Tras una maniobra de Buchanan, Pepe desafió a Donnarumma en área pequeña, igual que antes Comesaña en la pugna. El Villarreal encontraba una vía (la intensidad, el avispero) para ser competitivo.
Sin embargo, el City capeó el momento con el cuajo de un equipo campeón. Además, Savinho siguió martirizando a Pedraza, tarjeteado desde el undécimo minuto. Solo la falta de colmillo de Doku aplazó lo inevitable. En el minuto 40, Bernando Silva cabeceó a la red, libre de marca, la enésima travesura de Savinho.
Muy cuesta arriba
La bronca crecía en la grada, máxime cuando el árbitro convirtió en amarilla una faltita de Mouriño, justo antes del descanso. El Villarreal necesitaba una gesta de época. Para empezar el segundo tiempo, el equipo adelantó líneas y Cardona relevó a Pedraza para achatar a Savinho. Por ahí siguió encarando el brasileño, pero las ayudas fueron más efectivas.
Además, se lesionó Nico González, que a falta de Rodri había ordenado los primeros pases de forma sencilla y efectiva. La entrada de Kovacic reforzó la sensación de igualdad en el césped, aunque en el City el suplente del suplente también sea buenísimo.
Encima, Savinho volvió a la carga. En el minuto 63 tiró una diagonal que lo plantó frente a Luiz Júnior, que tapó la definición con las partes íntimas.
Cambios locales
Marcelino, en ese momento, movió el banquillo con intención, sumando el violín de Moleiro y la percusión de Tani Oluwaseyi. Tras un robo alto, Pepe exigió en serio a Donnaruma. En la continuación, el propio Pepe cabeceó fuera una ocasión clarísima. El Villarreal olió la sangre y saltó Ayoze al verde.
En el tablero, Guardiola reforzó la media con Reijnders, pero el Submarino iba en serio. En el 78’, a Pepe se le marchó alta una volea en el área. Los groguets necesitaban un gol que encendiera la mecha en La Cerámica, y todo lo cambiara, y también tenían a Luiz Júnior, que tapó dos arreones de Haaland para mantener vivo el partido.
Anduvo cerca, pero el Villarreal no halló ese gol iniciático. Cuando parecía que el City bajaba la persiana, Donnaruma cedió un córner que Tani cabeceó a la madera. Fue en el minuto 89 y era el último tren para cambiar el destino.
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- Directo | Castellón-Real Sociedad B