El Villarreal jugará esta noche su primera final. Un 26 de mayo de 2021 que siempre será recordado de forma especial, como aquel primer ascenso a Primera División en Santiago de Compostela un 24 de mayo de 1998. Siempre existe una primera vez que nunca se olvida. Todo muy bonito, pero como decía Luis Aragonés a las finales se llega para ganarlas. El propio presidente del Villarreal, Fernando Roig, lo recordaba el lunes en Mediterráneo: «No venimos de fiesta, vamos a Gdansk a intentar ganar al Manchester United». Y con ese espíritu, no exento de respeto lógico a un rival que se encuentra en el top 5 de los equipos más laureados e importantes del mundo, llega el Submarino a Polonia. 

«Disfrutando del camino, lo importante es seguir disfrutando de estar aquí y sobre todo con mucho orgullo de representar al pueblo de Pau. Lo más importante es estar todos unidos, juegue o no juegue, todos a una». La palabras del entrenador Unai Emery, abrazado a sus jugadores haciendo una piña en el centro del campo, momentos antes de la sesión de entrenamiento en el magnífico escenario de la final, daban un mensaje claro de lo que ha sido este equipo durante toda la temporada: un grupo unido y bien avenido. En los buenos y en los malos momentos. El color amarillo de las gradas del majestuoso Gdansk Stadium, testigo mudo del momento, era un buen presagio. La gran noche de un Villarreal campeón. Ese es el deseo y también la ilusión amarilla.

En las apuestas, la cotización del Villarreal no es muy alta. El gran e indiscutible favorito es el conjunto inglés. Por presupuesto, historia, títulos y experiencia el Manchester United supera de largo al equipo amarillo. Pero la ilusión mueve montañas y la trayectoria del Submarino en la Europa League es inmaculada y le mantiene invicto y solo habiendo cedido dos empates, uno en Tel Aviv, y otro en la vuelta de la semifinal en Londres, frente al Arsenal. 

El United llega a la cita con más descanso puesto que alineó un equipo repleto de suplentes en su último partido de la Premier, mientras que Unai Emery puso su once de gala ante el Madrid el pasado sábado. En Valdebebas el técnico vasco ensayó ante un rival de gran entidad como el merengue en una cita que también era decisiva para el destino en la Europa League. El once titular será muy similar, aunque podrían darse un par de variaciones. 

Cambios

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La titularidad del argentino Juan Foyth, quien lleva ya casi dos semanas trabajando con el grupo y preparándose para la final, podría ser uno de los cambios posibles respecto al encuentro que cerró la competición doméstica, un puesto que peleará con Mario Gaspar en el lateral derecho, pero con opciones para el argentino, junto a Pau, Albiol, Pedraza y Rulli en la portería. Emery descartó a Chukwueze, quien según el técnico no llega en condiciones de jugar este histórico partido.

La otra X de la ecuación de la final es la composición de la delantera, más bien quien acompañará al indiscutible Gerard. De la terna formada por Bacca, Yeremi Pino y Alcácer, en principio saldrán dos jugadores para perfilar el ataque contra el Manchester United. El centro del campo parece seguro, con el trío formado por Trigueros, quien atraviesa un gran momento de forma, Capoue y Dani Parejo.