El título de campeón de la UEFA Champions League otorga la consideración de mejor equipo del continente y probablemente de todo el mundo. Esa es la presión añadida con la que deberá lidiar el Chelsea en la final de la Supercopa de Europa que jugará este miércoles frente al Villarreal (21.00 horas), aunque la experiencia y palmarés de los ingleses en Europa (dos Champions Leagues, tres Europa Leagues y una Supercopa) sí que jugará a su favor en Belfast.

El éxito del conjunto blue reside en la gran inversión realizada en los dos últimos mercados de fichajes (270 millones en las incorporaciones de Edouard Mendy, Chilwell, Thiago Silva, Ziyech, Werner y Havertz) y, especialmente, en el banquillo, donde reside Thomas Tuchel, extécnico del Paris Saint-Germain y Borussia Dortmund. El alemán llegó en enero en sustitución de Frank Lampard y supo adaptar su estilo a la plantilla, remontando una novena posición en Premier League hasta la cuarta plaza y llevando al equipo a alzarse con la orejona.

El sistema

Tuchel sustituyó el 4-3-3 de Lampard por un 3-4-2-1 en el que la portería es para Mendy; el trío defensivo lo forman Thiago Silva, Azpilicueta y un tercero en disputa (Zouma, Rüdiger o Christensen); doble pivote con N’Golo Kanté como pieza indiscutible y Kovacic o Jorginho acompañándole; en los carriles derecho e izquierdo Chilwell y James; los dos espacios de la mediapunta son para Havertz y Mount, aunque Ziyech y Pulisic también son piezas importantes; y, por último, Timo Werner en la delantera como 9. 

El faro Kanté

N’Golo Kanté es el jugador más importante del conjunto blue y uno de los mejores mediocentros defensivos del mundo. El francés destaca por su resistencia, su talento para recuperar balones y su excelente posicionamiento, lo que le convierten en el mejor interceptor del Chelsea y en la gran referencia del equipo para formar el bloque defensivo. Además, Kanté tiene una buena visión y salida de balón, permitiéndole equilibrar el juego en tareas ofensivas e iniciar las contras con rapidez.

Mount, la joven estrella

Mason Mount es una de las sorpresas de la pasada temporada en Inglaterra. Pese a que el joven inglés ya tenía muchas expectativas puestas en él, su gran rendimiento le convirtieron en la pieza más usada tanto para Lampard como para Tuchel. Mount ha sido el tercer jugador de la Premier League con más pases clave completados y, al mismo tiempo, el quinto jugador que más presión ejerce a rivales. Sin embargo, su reciente incorporación con el grupo parece ser indicador de que podría no ser de la partida frente al Villarreal.

A la espera de un crack

Por el momento, el Chelsea solo ha incorporado jugadores a coste cero para el primer equipo. El fichaje de Marcus Betinnelli del Fulham a priori será anecdótico, ya que ocupará el puesto de tercer guardameta. Por otro lado, los que regresan de cesión como Ethan Ampadu (Sheffield United), Ross Barkley (Aston Villa) y Ruben Loftus-Cheek (Fulham) tendrán ficha en la plantilla, pero no se espera que sean diferenciales. Asimismo, otras reincorporaciones como las de Malang Sarr (Oporto), Kenedy (Granada), Bakayoko (Napolés) y Batshuayi (Crystal Palace) apuntan a que volverán a ser cedidos o descartados. Sin embargo, el Chelsea cuenta con dos grandes objetivos en este mercado: el central del Sevilla, Jules Koundé, por el que podrían entrar varios jugadores en la operación; y el delantero del Inter de Milán, Romelu Lukaku, por el que según diversos medios estarían dispuestos a pagar cerca de 120 millones de euros y quien ya habría comunicado al conjunto transalpino que desea volver a Stamford Bridge.

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La pretemporada

El conjunto inglés ha completado la pretemporada con grandes sensaciones: tres victorias y un empate en los que Tuchel mostró sus intenciones de mantener el mismo esquema y estilo. Dos triunfos ante rivales de segunda división: Peterborough (6-1) y Bournemouth (2-1); y una victoria y un empate en los dos derbis londinenses: 2-1 ante el Arsenal y 2-2 ante el Tottenham. La nota negativa para el cuerpo técnico ha sido la incapacidad para mantener la portería a cero, aspecto en el que finalizó mucho mejor la pasada campaña.