Hace algo menos de seis meses, cuando acababa de debutar con la selección española sub-21 con tres años todavía por delante para liderar a este nueva generación, Yeremi Pino (20 de octubre del 2002) ya mostraba, por la vía oral, destellos de ser un jugador diferencial. «Soy un futbolista de la calle», comentaba después de aquel estreno con la Rojita. Ahora, ese estilo de jugador cada vez más en desuso, el formado y forjado lejos del césped artificial y de tanto cuidado, el que debe hacerse respetar en esos partidos que aglutinan a chavales de todas las edades, el grancanario ha explotado, protagonizando un inicio de temporada espectacular.

De los ocho internacionales que el Villarreal CF ha tenido repartidos en la ventana FIFA de septiembre que acaba de cerrarse, Yeremi es el que más ha brillado. Abrió su nueva participación bajo las órdenes de Luis de la Fuente con un 4-1 a Rusia, en Almendralejo. Los amarillos se relamen con una sociedad llamada a escribir grandes páginas, la de Pino y un Fer Niño que el Submarino ha prestado al Mallorca para que no le pierda el gusto a seguir marcando en LaLiga Santander. El gaditano hizo un doblete; lo mismo que Yeremi, quien además le dio los dos tantos al ahora atacante bermellón.

Días después, Pino cerraba un áspero partido en Lituania (0-2) con otro tanto, con lo que la sub-21 empieza a tener el camino despejado hacia el Campeonato de Europa de la categoría del 2023, que también repartirá pasaportes para los Juegos de París 2024.

Orígenes

El destacado periplo como internacional ha corroborado la consagración en la élite de un jugador educado en otro tipo de contexto futbolístico al que ya es habitual en los tiempos más recientes. «He jugado mucho en la calle, con paredes...», recordaba en esa entrevista. «Al final, sobrevives con lo que aprendes de pequeño», añadió también.

El canario ya se marchó en un gran estado de forma. Dos titularidades en las tres primeras jornadas para un total de 152 minutos. El aciago desenlace en el Wanda Metropolitano minimizó la portentosa actuación, ya que fabricó los dos tantos de Manu Trigueros y Arnaut Danjuma que hicieron soñar con la victoria en casa del actual campeón liguero. No fue posible, pero ahí quedó su sello.

La principal novedad en la asignación de dorsales para el ejercicio recién iniciado era ver a Yeremi con el 21, sinónimo de que pese a que todavía está en edad juvenil, ya se ha ganado la confianza de Unai Emery, que lo considera, por tanto, merecedor de un sitio en una plantilla profesional rebosante de nivel y talento.

El entrenador guipuzcoano, incluso, le ponía como ejemplo después de ese postrero empate frente al Atlético. «La energía, el hambre, la ilusión, las ganas que él te enseña cuando estás en el vestuario, le ves entrenar o jugar,... te hace pensar que: a ver hasta dónde puedes llegar con este...».

Algo ha visto en Yeremi. De hecho, ya lo vio la pasada temporada, cuando le dio un protagonismo poco esperado teniendo en cuenta la juventud. No le tembló nada a Emery el pulso para darle tantos y tantos minutos.

Menudo balance

Al final fueron 37 partidos en todas las competiciones para un total de siete goles. El técnico guipuzcoano, además, apostó por el grancanario para el encuentro más importante --hasta ahora-- en la historia del Submarino: la final de la Europa League, que los amarillos conquistaron por penaltis ante el Manchester United para, además de levantar el primer gran trofeo, les daba el pasaporte para disputar la Champions al cabo de 10 años.

Pino salía convertido, además, en el futbolista español más joven en disputar (y ganar) una final europea, todavía a bastantes meses (cumple años en octubre) de soplar sus primeras 19 velas.

Se queda

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Así, mientras el Submarino se decidía por la cesión de otros jóvenes valores (el mencionado Fer Niño, Álex Baena, Manu Morlanes, Jorge Cuenca...), Emery decía que no, que Yeremi se quedaba. Que Yeremi tendría dorsal del primer equipo. Y que si Yeremi había estado entre los once elegidos contra el United en Gdansk, que también podría hacerlo frente al Chelsea, en la Supercopa de Europa, ese encuentro de Belfast en el que también desde el punto fatídico, esta vez el título no acababa en las vitrinas amarillas.

No en vano, Pino está considerado uno de los talentos emergentes mejor considerados del fútbol español, siempre ávido por encontrar recambios a esa generación de jugadores que llevó a la Roja a sus más altas cotas encadenando dos Eurocopas y un Mundial. Si todo continúa igual, el 21 del Submarino, en poco, podrá aspirar a llenar ese vacío y hacer soñar con grandes títulos. Y al Villarreal también, por supuesto.