Se va a cumplir un año del primer Estado de alarma y son muchas las cosas que han cambiado en nuestro país debido a la irrupción del coronavirus. Dentro del ámbito inmobiliario, el confinamiento nos ha servido para descubrir las carencias de una vivienda en la que antes pasábamos el tiempo estrictamente necesario y que ahora es nuestro gimnasio, restaurante, oficina, hotel, cine y colegio. Este tiempo dentro de casa ha modificado nuestra visión del hogar. No son pocos los que han decidido hacer reformas, mientras que otros se han lanzado, directamente, al mercado de compraventa y de alquiler para encontrar un inmueble que responda mejor a su nueva escala de valores. Por ello, las tendencias en la búsqueda de vivienda han dado un giro.

Preferencias búsqueda vivienda

El teletrabajo es uno de los principales responsables del singular éxodo que están experimentando las grandes ciudades. Liberados del hecho de tener que vivir cerca de la oficina, muchos han reflexionado sobre su actual calidad de vida. Si por lo que se paga en un distrito céntrico por un apartamento de tamaño reducido es posible vivir en un unifamiliar en la periferia, la decisión parece clara. Aunque el movimiento del centro a la periferia no es masivo, la tendencia va cobrando fuerza poco a poco. “La búsqueda de vivienda parece ir abandonando el viejo cliché de la localización gracias a la expansión del teletrabajo, priorizando los espacios al aire libre sin salir de casa y el contar con más superficie en el interior, lo que traslada el interés a la periferia, donde por el mismo precio se obtiene una mayor calidad de vida”, revela Ferran Font, director de Estudios de pisos.com.

El interés por ganar en espacio y en zonas comunes tiene un claro ganador: la obra nueva. Desde Instituto de Valoracionesadmiten que “las medidas de distanciamiento y las recomendaciones globales de quedarse en casa el mayor tiempo posible han hecho que ahora las expectativas condicionantes sobre lo que debe tener una vivienda sean más estrictas”, por eso ahora cobran más relevancia los chalets y las urbanizaciones de nueva planta, ya que gozan de más metros cuadrados, luz natural, alta eficiencia energética, jardines, zonas infantiles, instalaciones deportivas o piscina. Para encontrar esta clase de inmuebles, hay que trasladarse al extrarradio de las grandes ciudades o a municipios cercanos. “Se trata de enclaves con menor densidad de población y más tranquilos, pero que, igualmente, suelen tener en sus cercanías servicios de todo tipo como colegios, hospitales o centros comerciales”, admiten desde la tasadora.

Las promotoras son conscientes de que el coronavirus ha modificado las prioridades del comprador de vivienda. Una encuesta de Vía Célere revela que las ciudades pequeñas situadas cerca de las grandes urbes son la opción preferida de los españoles, con un 34%. Además, las zonas comunes son un claro valor a alza. Según esta promotora, la piscina es el elemento con mayor influencia en el proceso de compra de una vivienda nueva (74%). Disfrutar del aire libre sin salir de casa se ha convertido en uno de los privilegios más solicitados. Teniendo en cuenta que solo entre un 10% y un 20% de los edificios en España disponen de espacios exteriores, la arquitectura tiene una asignatura pendiente.