En el amplio mundo del deporte solo hay una especialidad a la que siempre le gusta tirarse un tiro en el pie. Si el fútbol, por citar un ejemplo algo conocido, hace meses que ha dejado de hacer pruebas de antígenos a diario, los equipos ciclistas las realizan cada jornada, venga palito en la nariz, y la Unión Ciclista Internacional (UCI) sigue con su recomendación, casi siempre obligada, de corredor que da positivo se le envía para a casa, aunque no tenga síntomas y casi siempre sin tiempo suficiente para confirmar el contagio a través de una PCR. Y así la Vuelta se está quedando sin corredores.

"No hay incidencia sanitaria en la Vuelta", recalcó este miércoles Javier Guillén cuando se le preguntó por la cuestión. Y si el director de la prueba afirma que no hay corredores, que en estos momentos y una vez retirados de carrera, estén en una situación delicada de salud y si casi todos los que envían para casa tienen síntomas ligeros o están sin dolencia alguna, ¿entonces por qué no siguen en competición? Es la pregunta del millón que este miércoles se hacían los directores de los equipos en la salida de la 11ª etapa, sin demasiada historia deportiva más allá del triunfo al esprint del australiano Kaden Groves, la caída de Julian Alaphilippe y la tranquilidad con la que todos los ciclistas, con el líder Remco Evenepoel a la cabeza, afrontaron el día, casi relax al sol del Cabo de Gata, aunque sin pisar las playas.

Sivakov y Yates, a casa

Este miércoles, cinco ciclistas se tuvieron que retirar, entre ellos dos corredores clasificados en el 'top ten' de la Vuelta y líderes de sus equipos: Pavel Sivakov (Ineos), quinto de la general, y Simon Yates (BikeExchange), séptimo y ganador de la prueba en 2018. Aparte de ellos, tres ciclistas del conjunto catalán del Kern Pharma: Roger Adrià, Pau Miquel y Héctor Carretero. "Hace un momento Carretero estaba en el autobús. Se encontraba perfectamente de salud pero no lo han dejado competir", protestaba Juanjo Oroz, técnico de la escuadra, que se quedó con cinco ciclistas y deportivamente muy tocado. 

Los equipos, sin embargo, siguen realizando pruebas anticovid todos los días cuando, de hecho, solo son obligatorios los tests oficiales de la UCI que se efectúan en las jornadas de descanso.

Curiosamente solo los corredores dan positivo en los antígenos. Directores, mecánicos, masajistas, entrenadores, jefes de prensa, cocineros, etcétera, todos los miembros de las escuadras que no pedalean, solo muestran la raya superior en las pruebas. Nadie se explica el por qué solo los ciclistas se contagian. "Y no lo entiendo porque nosotros hasta hemos comprado luces de quirófano para iluminar los autobuses donde transportamos a los corredores o donde ellos cenan. Pero es la UCI la que determina según la carga viral si un ciclista puede o no continuar en carrera", explicó Joxean Fernández Matxín, técnico del UAE, que en las últimas horas ha sometido nada menos que a cuatro pruebas de antígenos, todas negativas, a Juan Ayuso desde que el lunes sintió dolores de garganta y de cabeza.

Una veintena de ciclistas ya no está en la carrera por culpa del covid. Nadie está a salvo. El pelotón rueda en una dirección diferente a la sociedad. Así es el ciclismo.