Los efectos del injusto sistema de financiación autonómica en Castellón, en base a los datos del último informe presentado por el Consell, dejan un gran volumen de ingresos perdido, como los 166 millones de euros al año que debería recibir la provincia para invertir en políticas de crecimiento económico.

Y es que los autores del estudio, que analiza el periodo 2002-2013, concluyen que cada habitante de la Comunitat, y por ende, el castellonense, recibe 284 euros menos que la media de los españoles para gastar en servicios considerados no básicos, pero no menos importantes. Así, durante ese ciclo de 12 años, en la provincia, se habrían dejado de percibir un volumen total de más de 2.000 millones de euros que hubiera podido destinarse a proyectos de infraestructuras, turismo, industria, agricultura, empleo o medio ambiente, entre otras áreas. Y es que, frente a la Comunitat, según el citado informe, “otras autonomías reciben casi el doble”.

Pero el varapalo no acaba aquí. Y es que el análisis del sistema de financiación apunta que la Comuntiat es la última es gasto por habitante en los llamados servicios públicos fundamentales (educación, sanidad y servicios sociales), con 2.219 euros por habitante, 128 menos que la media.

Cada castellonense tiene 128 euros menos que cualquier otro residente del Estado, cada ejercicio, para destinar a centros sanitarios, colegios o dependencia. Esto le haría dejar de percibir 75 millones de euros al año para destinar a servicios básicos; y en el periodo acumulado del estudio, más de 902 millones de euros.

La Comunitat es la segunda autonomía donde tiene más peso el gasto en servicios fundamentales (el 74,1%, lo que le deja menos margen para dedicar a políticas extra); pero, sin embargo, en gasto por ciudadano es la cuarta. H