Estaba cansado y se equivocó. Es la razón que alega el embajador de Israel en España, Raphael Schutz, para justificar que ayer comparara, en una entrevista publicada por este diario, a las víctimas del ataque a la Flota de la Libertad con los muertos por accidente de tráfico. El diplomático (Tel-Aviv, 1957) achacó a un "error humano desafortunado" el haber pronunciado tan polémica frase. "Sí, nueve personas han muerto en el ataque a la flota y 155 en el atentado de la India. ¿A quién le importa? Veintitrés españoles han muerto en las carreteras en el último fin de semana", había afirmado en la citada entrevista.

"Fue una comparación desafortunada. Mi plena rectificación", dijo ayer el diplomático, que reconoció que esta ha sido "la peor semana" que ha vivido como embajador. Schutz convocó ayer por la mañana, de manera urgente, una rueda de prensa --bajo el título "Mentiras pacifistas. Activistas españoles al servicio de la propaganda de Hamás"-- y, tras sus disculpas iniciales, continuó con una queja que extendió a la mayoría de los medios de comunicación españoles. A su juicio, se ha impuesto un "pensamiento único" de "corte antisemita" en las noticias ofrecidas sobre el asalto a la flotilla humanitaria que se dirigía a la franja de Gaza.

INVESTIGACIÓN En una pequeña sala de la embajada abarrotada de periodistas, el máximo representante de Israel en España avisó de que tenía intención de hacer llegar a todos los presentes, de una vez y sin interferencias, la versión de los israelís: para empezar, aseguró que su Gobierno no violó nin- gún principio legal cuando ordenó el asalto militar de los barcos, un ataque que ahora no descarta que sea investigado con la colaboración de "uno o varios observadores extranjeros". "Aún no hay nada decidido", apostilló.

Según el diplomático, cuando los militares llegaron al Mármara Azul, donde murieron ocho turcos y un estadounidense, se enfrentaron a un "escenario de guerra, de batalla campal" con unos activistas que no considera pacifistas dado que, a su entender, eligieron a "terroristas y mercenarios" como compañeros de viaje. "Los españoles que iban en la flotilla sabían lo que hacían. Su credibilidad es nula. Sus declaraciones solo pueden ser entendidas como una correa de transmisión de la propaganda de Hamás", espetó Schutz sobre la catalana Laura Arau, el madrileño Manuel Tapial y el valenciano David Segarra. Los tres han denunciado que, hasta que fueron expulsados, sufrieron humillaciones y maltrato en el centro de detención israelí donde habían sido trasladados.

Durante la rueda de prensa, se proyectaron vídeos y se repartió documentación a fin de intentar afianzar la versión israelí. Entre los papeles se incluyeron investigaciones de institutos sociales independientes sobre el rol de las oenegés en el reclutamiento de los terroristas y la financiación de esos grupos, y también algunos recortes de prensa en los que se apunta a que la oenegé turca que organizó la flotilla, Libertad y Ayuda Humanitaria (IHH), es una "entidad vinculada con Hamás". Además, se adjuntó una foto en la que aparece un hombre con barba blandiendo un cuchillo y que, supuestamente, iba en uno de los barcos de la flotilla.

"Lo que tuvo lugar en aquella cubierta fue una batalla campal en la que cuatro soldados fueron, incluso, hechos rehenes de la oenegé IHH durante unos minutos", sentenció el diplomático. Eso sí, reconoció que Israel puso "el pragmatismo" por encima de "la justicia".