El conseller de Educación, Vicent Marzà, aseguró ayer en una visita a Betxí que lo tienen «clarísimo». Si la empresa adjudicataria de las obras de construcción del CEIP Regina Violant no renuncia a la ejecución del proyecto, rescindirán «el contrato de manera forzosa», aseguró, al tiempo que se comprometió a «priorizar» la nueva adjudicación, de manera que el proceso administrativo se haga de manera «urgente».

El conseller es consciente del «malestar» que afecta a la comunidad escolar, aunque insistió en que «ha sido en esta legislatura cuando se ha avanzado el proceso de contratación y se han iniciado las obras». En sus declaraciones no queda margen de duda. La única responsable de la actual situación es «la propia empresa, que a mitad del proyecto decidió dejar de trabajar».

SITUACIÓN IRREVERSIBLE / Ante este incumplimiento han sido sucesivas las advertencias del área de Educación, pero también infructuosas, de ahí que Marzà se muestre tajante a la hora de señalar a la irreversibilidad del escenario. A su parecer, solo caben dos opciones: que la mercantil renuncie voluntariamente, o que le fuercen a hacerlo denunciando todos sus incumplimientos.

Para el conseller del área, de este caso lo que no deja margen a mayor negociación es el hecho de estar tratando con dinero público, que definió como «sagrado», y porque de ello depende la recuperación de la normalidad en la vida escolar del centro, «que lleva años y años en barracones». Una anomalía contra la que, según Marzà, se ha estado trabajando desde el primer momento.

Educación ha notificado a la firma el último plazo, el que la emplaza a la renuncia. Si no da cumplimiento, se pondrá en marcha la maquinaria legal para agilizar el proceso y evitar nuevos retrasos en la ejecución.