La obra del carril bici de la carretera Burriana-les Alqueries (CV-222) se ha retomado esta semana tras cerca de dos meses de parálisis. Los operarios vuelven a trabajar después del paréntesis de diciembre y prácticamente todo enero.

Las tareas se centran actualmente en la colocación de los bordillos sobreelevados. Estos elementos separan el carril bici del vial destinado a los vehículos a motor, y son piezas de hormigón prefabricado que se van instalando de manera intermitente a lo largo de la carretera.

El proyecto arrancó en noviembre, cuando, aprovechando la intervención en el firme de la circunvalación a Burriana, reasfaltaron también la citada CV-222. Posteriormente pintaron la calzada, reduciendo el ancho de los carriles destinados a la circulación hasta los tres metros, y eliminando los arcenes.

PROVISIONALIDAD // Una situación peculiar que permitió habilitar un carril bici de otros tres metros de anchura. Pero los trabajos quedaron paralizados y señalizados con conos provisionales, entre finales de año y principios del actual, hasta que en los últimos días se han recuperado.

En estas nuevas fases, tras el freno constructor, inicialmente fresaron el asfalto para permitir que se instalen los bloques de hormigón anteriormente citados. Esta parte la ejecuta la Conselleria de Vivienda, Infraestructuras y Vertebración del Territorio.

EN REGLA // A pesar de la considerable reducción de la anchura de los carriles destinados a los vehículos a motor, desde la Generalitat valenciana informan al Ayuntamiento de Burriana que «cumplen la normativa vigente».

La reforma, que afecta a 1,1 kilómetros de la carretera, tiene un coste de 145.000 euros. El objetivo de la misma es «aumentar la seguridad vial, moderar la velocidad y mejorar las condiciones de movilidad sostenible en la zona», tal y como señalaron los impulsores de la renovación del vial.