Creo que a nadie que lea esta columna con asiduidad le vendrá de nuevas que al autor le gusta comentar los modismos. En su origen etimológico la palabra viene de la unión de dos términos: modo (como conjunto de maneras para llevar a cabo una acción) y el sufijo ismo (para conformar sustantivos que signifiquen actitud, tendencia o cualidad). Los modismos o frases hechas, suelen ser hábitos muy privativos de determinadas regiones geográficas, que al par que ahorran vocabulario en las locuciones, determinan una verdadera jerga que no está dentro de la terminología ortodoxa. De hecho, muchos extranjeros que vienen a España se encuentran con frases hechas intraducibles que no pueden esclarecer aunque tengan todo el diccionario en la sesera. Viceversa en el caso de cualquier compatriota que visite cualquier otro país del planeta y que no conozca al dedillo su lengua.

No soy tan aficionado a la escatología como Cela, pero me hacen gracia algunos de esos modismos de ignoto origen. Uno de ellos es el de haber cogido un pedo, forma (también existente en catalán) de uso más que quinquecentenario y hoy muy habitual en la jerga juvenil. En castellano (¡asómbrense!) hay más de 300 formas de referir la palabra ebrio. La que nos ocupa, debe su uso al hecho de que, a consecuencia de los vapores etílicos, la distensión del aparato digestivo y del esfínter anal estimulan el libre escape de esos aires, cuando no «el desagüe por entrambas canales» (Cervantes) que siempre provocan estupefacción, pasmo o vergüenza… cuando uno está sobrio, claro.

*Cronista oficial de Castellón