La descubrieron durante unas vacaciones en un centro comercial de Miami, tenía solo 13 años, y el resto, como ella misma dice, “ya es historia”. Acaba de cumplir 24 y no ha parado desde que firmó aquel primer contrato. ¿Su punto fuerte? La ropa interior. Las mejores marcas se la rifan porque su aparición en sujetador y braguitas convierte la pasarela en un paraíso. Pero el romance de esta mujer de raíces rusas con la lencería no se limita al ámbito laboral. “En una cita el mejor regalo que me puedes hacer es un conjunto sexy de Victoria’s Secret”, confiesa divertida… y sensual.

Esta mezcla entre cuerpazo y picardía digna de las mejores femmes fatales la han llevado a estar entre las 100 mujeres más sexis del mundo, según los lectores de revistas masculinas internacionales.

Pero no siempre fue la chica más popular. Cora sufrió en un instituto de Carolina del Norte (Estados Unidos) el síndrome del patito feo. “Crecí escuálida, tímida, con gafas de culo de vaso y muchas pecas -asegura-. Se metían conmigo. Empecé a ganar un poco más de confianza en mí misma cuando las curvas se instalaron en mi cuerpo y los chicos empezaron a fijarse en mí”.