Cinco tiros a puerta, tres goles. Así tumbó el Barcelona al Athletic (3-0), que cuajó una buena primera parte en un escenario tan complicado como el Camp Nou y, aunque se diluyó en la segunda mitad, no mereció tanto castigo, pero estuvo lejos de aprovechar que los locales saliesen pensando en el duelo del martes (se juegan el pase a la final de la Copa del Rey contra el Atlético, tras el 1-2 del Calderón). Luis Enrique reservó de entrada a Luis Suárez y le ahorró a Messi la última media hora de partido, en un cambio pactado con el argentino, pensando en la cita copera.

No fue el día de Iraizoz, fusilado en el primer tanto, pero que pudo hacer más en los otros dos. Y eso que, por juego, el Athletic fue mejor que el Barça en esos primeros 45 minutos, en los que dispuso de varias ocasiones claras para batir a Ter Stegen.

Nada más empezar el partido, Raúl García enviaba una media vuelta al palo y, a los 10 minutos, Williams cabeceaba fuera, solo frente al meta alemán, un centro desde la izquierda de Laporte.

Después, el primer tanto oficial de Alcácer serenó a los locales que, con el 2-0 de Messi al filo del descanso, dejaron ya visto para sentencia el encuentro.