Inmune al controvertido relevo en el banquillo, a un largo parón navideño pero, sobre todo, a un calendario que, como los rigores de este invierno, deparaba lo peor a caballo entre el final de la primera vuelta y el inicio de la segunda, el Castellón se ha centrado en lo suyo y, como buen estudiante, ha saldado su Tourmalet particular con una nota muy alta. No ha perdido frente a los cinco rivales directos a los que se ha enfrentado en sus últimas seis jornadas, engordando su trayectoria como invicto a 19 partidos. De sobresaliente.

Los albinegros han ventilado sus encuentros en Castalia (donde, por cierto, lleva cinco victorias consecutivas) con ajustados triunfos, por 1-0, contra Orihuela y Ontinyent; mismo marcador que el que le permitió volver a salir triunfador de Miralcamp. Además, calcó el marcador frente al Novelda en La Magdalena y contra el Olímpic en La Murta (1-1).

Un Castellón marcado por el espíritu competitivo elevado a la máxima potencia, exprimiendo como nunca los goles (uno en cada duelo) para sumar 11 de esos 15 puntos. Un Castellón que nunca se rinde, decantando los partidos al final o, cuanto menos, en las segundas partes. Ahí están las dianas de Esaú Rojo, más allá del minuto 80, frente al Villarreal C o el miércoles en La Murta. Igual que el de Enrique Sampedro en Novelda (o el de Jordi Marenyà, en otro 1-1, el de Ibi).

A la postre, la transición entre Frank Castelló y Manu Calleja ha sido mucho menos traumático en lo meramente futbolístico. El cántabro, antes de cumplir su primer mes como técnico orellut, se deshacía en elogios tras el empate en el feudo del líder: «Hacía tiempo que no entrenaba a un equipo tan implicado».

No le conviene fallar el domingo. Al margen del Orihuela-Torre Levante (el Alzira descansa), los de arriba tienen partidos asequibles: Olímpic-Silla, Villarreal C-Elche B y Ontinyent-Buñol.