3con la seguridad que le dan sus argumentos futbolísticos y la dinámica positiva en la que está subido, el Villarreal juega con la convicción de que puede ganar donde sea. Así salió en Sevilla, luciendo su excelencia posicional y una evolución ofensiva, jugando vertical y de primeras.

3bruno quitaba y daba; ahora ya da el último pase. Trigueros canaliza y se incorpora, Aquino percute, Cani destila virtudes y los puntas dan soluciones. Todo este caudal ofensivo a una velocidad que desactiva la presión rival. Sara ya estuvo muy exigido durante el inicio.

3pero el Betis se rehízo y pudo progresar y llegar a raíz de plantear un intercambio de golpes precioso, un ida y vuelta atracti- vo de dos equipos que no se guardaban nada. Y a Asenjo los rivales empezaron a darle más trabajo.

3en tan bello escenario desentonaba Delgado Ferreiro --llevaba cinco meses sin pitar--, crispado, amenazador y desmedido en las jugadas menores hasta que se desentendió en la gruesa: Cani, cual estrella del Bolshoi, bailó y rompió la cintura a toda la zaga local dentro del área hasta encarar a Sara y ser derribado por Lolo Reyes.

3del posible 0-1 se pasó al 1-0. Un centro cómodo y un posterior remate rechazado por Asenjo en condiciones ventajosas para Nosa que no lo desaprovechó. El partido siguió sin ataduras ni corsés tácticos y, tras el descanso, Marcelino varió pronto sus piezas.

3desde el reinicio, el Betis intentó poner más pausa al juego intentando jugar con el tiempo y el resultado. El Villarreal estaba obligado a atacar y llevó bien el balón hasta el último tercio de campo, pero ahí le faltó precisión en el último pase.

3unas cuantas jugadas de Gio asustaron, pero no progresaron porque el mexicano abusó de utilizar solo su zurda. El Betis se agrupó atrás, cerró espacios interiores y se agarró al fuera de juego, en el que cayeron los amarillos.

3delgado ferreiro, fuera de forma y de sitio, aumentó la controversia al perdonar un agarrón diáfano de Chica que suponía la expulsión. Los locales recurrían a la falta táctica y dejaban arriba a Verdú y Molina. Al final, derrota digna. El empate parecía lo justo pero todo quedaría condicionado en dos acciones. H