La tragedia vuelve a golpear con dureza al deporte castellonense. El ondense Víctor Cabedo, único ciclista profesional de la provincia en la actualidad, falleció ayer, víctima de un accidente de tráfico cuando entrenaba en la CV-200, la sinuosa y revirada carretera que discurre en plena Serra d’Espadà, entre las poblaciones de Almedíjar y Aín. Después de colisionar con un vehículo de gama alta (Porsche), se despeñó por un barranco de 15 metros, desde donde le rescató, ya cadáver, la dotación del Consorcio Provincial de Bomberos del Alto Palancia, con base en Segorbe.

El suceso tuvo lugar hacia las dos de la tarde, momento en el que se da el aviso de rescate de Cabedo, de 23 años. La dotación (cinco bomberos y un sargento jefe de parque con tres vehículos) trabajaron durante más de una hora y media en la recuperación del cuerpo, debido al elevado desnivel de la orografía que circunda ese paraje, en las proximidades de Almedíjar. Una vez se confirmó la identidad del fallecido, la noticia corrió como la pólvora, no solo a nivel nacional, sino también a nivel mundial.

PROMESA TRUNCADA // Cabedo disfrutaba de su primera temporada como profesional en el Euskaltel Euskadi, donde estaba bien considerado. De hecho, había sido el tercer ciclista no vasco en firmar con esta formación. Había corrido el Giro y en los planes del mánager general de la escuadra, Miguel Madariaga, que se enteró del accidente por boca del campeón olímpico de Pekín-2008, Samuel Sánchez, figuraba que el ondense disputara el Tour del año que viene. Un sueño que, desgraciadamente, no podrá cumplir.

Procedente de una familia con tradición ciclista, Víctor ya pisó el velódromo con seis años y, desde entonces, había practicado varias especialidades ciclistas, decantándose al final por la carretera. La misma carretera que ha truncado su carrera cuando empezaba a despuntar, engrosando el listado de corredores que han fallecido mientras practicaban su deporte, lo que vuelve a alimentar el debate sobre su seguridad. H