No logró la victoria, es verdad, y su principal rival al título, el alemán Sebastian Vettel (Ferrari) ganó y, en el Mundial, se distancia ya a ocho puntos del piloto británico Lewis Hamilton (Mercedes). Pero la carrera de ayer de Hamilton es una demostración más del porqué acudieron 150.000 aficionados al bello Silverstone a animarle. Kimi Raikkonen (Ferrari) le sacó de la pista en la primera vuelta, lo desplazó al último lugar del pelotón y el chico de Stevenage remontó hasta la segunda plaza en una espectacular carrera.

La maniobra de Iceman le costó una sanción de diez segundos, cinco puestos más, que el castigo impuesto a Vettel, una semana antes, por idéntica maniobra frente a Valtteri Bottas (Mercedes). El caso es que en dos carreras, dos Ferrari se han llevado por delante a dos Mercedes. Una circunstancia que parece no preocuparle a Sebastian Vettel. «Ha sido una carrera fantástica, he disfrutado mucho y les hemos ganado en casa», dijo el alemán.

el ‘safety car’, decisivo / Habían transcurrido 16 vueltas y Hamilton ya era sexto, a 11 segundos de Daniel Ricciardo (Red Bull), rodando al final de su relevo casi un segundo más rápido que Vettel y Bottas. Con la primera parada completada por todos, el accidente de Ericson dio entrada al coche de seguridad.

Y con él, realizaron la segunda parada los dos Ferrari, mientras que los Mercedes se mantuvieron en pista, así que cuando el coche de seguridad se fue, Bottas comandaba la carrera por delante de Vettel, Hamilton, Verstappen, Raikkonen y Ricciardo, con los Ferrari montando neumático blando nuevo, y los Mercedes el compuesto más duro y viejo a falta de tan solo 14 vueltas.

La reanudación resultó trepidante, Max Verstappen y Kimi Raikkonen se pasaron varias veces, pero en una de esas luchas, Carlos Sainz y Romain Grosjean acabaron fuera de pista dando entrada a un segundo coche de seguridad. La carrera se relanzó a falta de 10 giros en una lucha feroz, rueda contra rueda de Bottas contra Vettel y de Hamilton contra Raikkonen.

Fueron una vueltas espectaculares hasta que Vettel encontró el hueco a falta de cinco giros. Una vuelta después, Hamilton también adelantaba a Bottas, al que Raikkonen rebasó al final. Fue la escenificación perfecta de la lucha entre Mercedes y Ferrari en un Mundial muy incierto y que se prevé vibrante para el aficionado de aquí a final de temporada.

Muy lejos de ellos, el piloto español Fernando Alonso (McLaren) logró meter de nuevo en los puntos al McLaren, al ser octavo, pero volvió a demostrar que no tiene un coche en condiciones para luchar por cotas más altas.